El Pontífice encuentra a inmigrantes acogidos por la Caritas en Marruecos: todo hombre tiene derecho a soñar y encontrar un lugar y futuro.
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“Las sociedades de acogida se enriquecerán si saben valorizar adecuadamente la aportación de los migrantes, evitando todo tipo de discriminación y cualquier sentimiento xenófobo”, dijo el papa Francisco este sábado 30 de marzo en la sede de la Caritas Diocesana de Rabat, Marruecos en un encuentro con migrantes.
“Mucho más cuando se constata que son muchos millones los refugiados y los demás migrantes forzados que piden la protección internacional, sin contar a las víctimas de la trata y de las nuevas formas de esclavitud en manos de organizaciones criminales. Nadie puede ser indiferente ante este dolor”.
En este contexto, el Papa insistió en los cuatro verbos indicados en su mensaje para la Jornada Mundial de la Migración: acoger, proteger, integrar y promover.
Respecto a este último, señaló, “debe fomentarse vivamente el aprendizaje de la lengua local como vehículo esencial de comunicación intercultural, así como toda forma positiva de responsabilizar a los migrantes respecto a la sociedad que los acoge, aprendiendo a respetar las personas y las relaciones sociales, las leyes y la cultura, para que así ofrezcan una mejor aportación al desarrollo humano integral de todos”.
Tras un encuentro privado con Mohamed VI en el palacio real, la visita del Instituto de Formación de Imanes para un “islam moderado” y que forman 1.300 estudiantes de una decena de países, hombres y mujeres, el Papa escuchó el testimonio de un migrante y se deleitó con un baile realizado por niños refugiados en la sede de Caritas. “Es por ellos que debemos luchar”, dijo con espontaneidad.
“Queridos amigos migrantes: la Iglesia reconoce los sufrimientos que afligen su camino y padece con ustedes. Ella desea recordar, acercándose a su situación particular, que Dios quiere que todos tengamos vida. También quiere estar a vuestro lado para construir con ustedes lo que sea mejor para su vida.
Porque todo hombre tiene derecho a la vida, todo hombre tiene derecho a soñar y a poder encontrar el lugar que le corresponde en nuestra casa común. Toda persona tiene derecho al futuro”, expresó
A su llegada, fue recibido en la entrada principal de Caritas por el arzobispo de Tánger, Santiago Agrelo Martínez, O.F.M., y por el Director de la sede de Caritas, a quien el Papa ha regalado una Virgen de mármol.
“El emigrante pobre no reivindica derechos, pero los tiene […]. Son hombres, mujeres y niños, subsaharianos y magrebíes, expoliados de recursos, carentes de oportunidades, expertos en sufrimiento”, describió la situación el arzobispo de Tánger.
La ruta a través de Marruecos rumbo a España se convirtió en los últimos años en la principal vía de los migrantes procedentes del África subsaharina, debido sobre todo al cierre de la vía libia.
En 2017, los tres centros de acogida de Cáritas recibieron a 7.551 personas, según la organización.
Precisamente, el pontífice el domingo presidirá una misa ante 10.000 cristianos, la mayoría de ellos migrantes provenientes de más de cien países. Se tratará de la mayor celebración católica jamás celebrada en Marruecos.
Esta mañana en casa Santa Marta en el Vaticano, el Pontífice encontró a dos familias de migrantes marroquíes en Italia, minutos antes de viajar a Marruecos.
Al final de la reunión en la sede de Caritas con migrantes, el Papa se trasladó en automóvil a la Nunciatura Apostólica de Rabat, donde descansará esta noche.