En Eslovaquia, unos escultores han creado una reproducción “en miniatura” de la Basílica de San Pedro en Roma con bloques de hielo.
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Si pasas por los Tatras, la cadena montañosa en la frontera entre Polonia y Eslovaquia, haz una parada en la pequeña aldea de Hrebienok. Aquí, cada invierno durante los últimos seis años, unos escultores han estado realizando esculturas de iglesias de hielo. Fácil, a 1.285 metros sobre el nivel del mar. Excepto que esta vez, los eslovacos sorprendieron al proponer nada menos que una imponente escultura de hielo de la Basílica de San Pedro de Roma.
No es fácil reproducir esta obra maestra conocida en todo el mundo. Tomó un mes para que quince carpinteros y dieciséis escultores reunieran los 1.880 bloques de hielo cristalino. El conjunto, que se sostiene sin cemento ni madera, mide “solo” 11 metros de altura, frente a los 137 metros del original, y no es menos impresionante. De hecho, las 225 toneladas de paredes de hielo completamente transparentes y los efectos de luz que las iluminan son suficientes para impresionar.
Conciertos de musica sacra
Los eslovacos tienen sentido del detalle. Las ventanas, con vidrieras de hielo, diseñadas y fabricadas por Achilleas Sdoukos, se integraron en las paredes. Dentro de este “San Pedro de Hielo”, es posible ver esculturas inspiradas en obras maestras italianas junto con esculturas locales que representan gamuzas, osos y marmotas. Para que este trabajo singular no se derrita, se ha instalado en una sala que mantiene la temperatura a menos 10 ° C.
A la altura de la sofisticación, cada domingo, se ofrece un concierto de música sacra a los visitantes, dando otra dimensión al descubrimiento del lugar. Según los administradores, cada vez más parejas muestran su deseo de casarse en este lugar. La cuestión es que sólo serían posibles las bodas civiles, pues la basílica de hielo no está consagrada.