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Paraguay está bajo agua… Y la solidaridad golpea la puerta

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Pablo Cesio - Aleteia Paraguay - publicado el 04/04/19
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Hay más de 20.000 damnificados por las inundaciones que afectan al país sudamericano

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“Todavía no hemos recibido ninguna ayuda. Hay un 30% que son gente pobrísima que no tiene nada y algunos llevan tres cuatro días duermen lloviendo y sin techo. Esta situación es realmente dramática. Ahora se están movilizando bastante (las familias), algunas están en zonas en las que no se pude entrar (para liberarlas)”

El padre Pedro Velazco expresa estas palabras con preocupación mientras habla con Radio Cáritas de la Universidad Católica de Paraguay, pero también con contundencia. Este hombre desarrolla su labor en la Parroquia San Felipe y Santiago de la zona Bañado Tacumbó, lugar que se ha visto desbordado por la crecida del río Paraguay.

Desde hace varias semanas Paraguay se ha visto sacudido por el drama de las inundaciones. Según los últimos reportes oficiales son más de 20.000 las personas damnificadas por esta situación. Solamente en Asunción, la capital, son más de 3000 las familias afectadas.

 

 

Pero el drama prosigue en otros lugares de país como Concepción –lugar donde se declaró al igual que en Asunción la emergencia-, sitios vinculados al río que da nombre al país sudamericano.

Mientras esto sucede surgen las mismas interrogantes de siempre, pues más allá de la inusual crecida del río Paraguay que afecta por estos días a este país, el tema de la localización de familias pobres en zonas inundables, además de la infraestructura necesaria para responder a estas amenazas sigue siendo tema de conversación desde hace varias décadas.

 

La hora de la solidaridad

Pero las inundaciones también significan solidaridad, pues más que nunca es necesaria la rápida respuesta para atender a los damnificados. En ese sentido, desde la Secretaría Nacional de Emergencia (SEN), Joaquín Roa, informó en las últimas a los medios locales que se han estado entregando más de 380.000 kilos de alimentos.

 

 

Al mismo tiempo, se han iniciado la recorrida por los lugares afectados, y la habilitación de albergues y otros espacios temporales.

 

 

Pero aún hay sectores vulnerables, lo más pobres, como recuerda el padre Velazco que necesitan colaboración no solo en alimentos, sino también en otros elementos para vivienda y sobrevivencia.

Es en este momento particular donde la solidaridad golpea la puerta. Llegó su hora. No dejemos solos a los más postergados por estas horas.


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