Fabricio Burbano cuenta a Aleteia cómo ha sido su experiencia de fotografiar durante varios años un verdadero ícono de Ecuador
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Cualquiera que viva o visite la capital de Ecuador, Quito, se dará cuenta que es inevitable no fotografiarla. Se trata de la emblemática imagen de la Virgen del Panecillo, una enorme estatua –símbolo y orgullo de la ciudad- de más de 7.000 piezas (se aprecia desde cualquier punto de la ciudad) que se destaca por tener alas de ángel y que está ubicada sobre la cima de una colina.
Sin embargo, hay un hombre que durante varios años se propuso intentar realizar la mejor foto –al menos desde ángulos distintos a los habituales-, aspecto que le mereció hasta ganar concursos a nivel local y exponer su trabajo en un bulevar de su ciudad.
Su nombre es Fabricio Burbano, diseñador gráfico de profesión, quien aseguró a Aleteia que las fotografías genéricas sobre la Virgen del Panecillo “le parecían repetitivas”.
“Los mismos ángulos, la misma luz, la misma composición. Así que cuando me di cuenta de la privilegiada vista que tenía desde casa, pensé que podría hacer mejores fotografías, o al menos con un ángulo diferente”, afirmó al ser consultado acerca de cómo ha sido el proceso de fotografiar durante años esta imagen.
“Mis primeros intentos fueron terribles, pero insistí una y otra vez y a toda hora. Hasta que entendí que el mejor momento era al amanecer, justo antes de que apaguen las luces que la iluminan”, prosiguió.
El esfuerzo de Fabricio ha sido constante. Para lograrlo se dedicaba a madrugar todos los días esperando que las condiciones meteorológicas fueran las mejores. Pero luego de varios intentos logró captar lo que tanto había anhelado e indica a continuación:
“Una Virgen perfectamente iluminada, con el Illiniza y El Corazón (volcanes de nuestros Andes) de fondo y las luces de la ciudad todavía parpadeando”.
Fue así, entonces, que nació su fascinación por buscar nuevos ángulos, colores y composiciones para retratar de la manera más original a la Virgen de Quito.
Ver imágenes aquí (hacer click en galería):
La terraza y la aplicación
En esa búsqueda constante el propio Fabricio reconoce que tanto la terraza de su casa como una app fueron los mejores aliados para encontrar un ángulo diferente.
“Descubrí una aplicación que me permitió calcular con precisión la posición de la luna cuando sale o se oculta con respecto a un punto específico. Así fue que logré ubicar los lugares exactos desde los cuales pude capturar las imágenes de la luna a los pies y tras la Virgen”, manifestó Fabricio.
“Hay muchas más locaciones y posibilidades para retratar a la Virgen con la luna, con el sol o con otros volcanes, pero las condiciones meteorológicas no siempre ayudan, sin embargo, seguiremos insistiendo hasta poder obtenerlas”, sentenció.
-¿Qué significa el Panecillo para un ecuatoriano?
-Pienso que es un verdadero símbolo y un lugar de visita obligada para los turistas. Es curioso, pero a pesar de tratarse de un monumento de una virgen no tiene una connotación muy religiosa, sino más bien turística. Esto tal vez se debe a que fue inspirada en la Virgen de Legarda, un artista de la época colonial, cuya escultura original está en la Convento de San Francisco, a pocos minutos del Panecillo. Iglesia que sí es de peregrinaje religioso.
-¿Y para usted?
-Es sin duda mi lugar favorito para fotografiar, el motivo de tantas noches de planificación, de tantas madrugadas y desveladas, y el pretexto perfecto para seguir fotografiando mi ciudad.
Fabricio, que se define como no creyente, se considera una persona con altos valores cristianos. Está casado con María Augusta Pérez y tiene dos hijas gemelas, Luciana e Isabella, todas ellas auténticas motores para su vida.
“Curiosamente mi esposa sí lo es (creyente) y mis hijas se están educando en la fe católica”, se anima a confesar a Aleteia.
Es por esto que Fabricio considera que no hubo una “motivación de fe” a la hora de fotografiar a la Virgen del Panecillo, pero lo que quizás él no se haya dado cuenta hasta ahora es cuánto bien está haciendo a todos con su trabajo, pues admirar semejante belleza a través de su sutil lente es un privilegio que merece ser aplaudido.
¡Felicitaciones Fabricio! Has logrado la mejor foto, similar a todas las grandes postales que tocan el alma.
Te puede interesar:
El Panecillo (Ecuador): El pesebre más grande del mundo en imágenes