El maestro campanero Abel Portilla romperá el molde el domingo, en el XXX Encuentro de Campaneros de Os de Balaguer
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Entre las profesiones que están en peligro de extinción en el mundo se encuentra la de maestro campanero. Abel Portilla tiene 60 años, vive y trabaja en Pedrella (Santander, España) y es uno de los tres artesanos (los otros dos están en Palencia y Cáceres, respectivamente) que siguen dedicándose a crear campanas “a pie de torre”, es decir, de forma manual, vertiendo el bronce fundido en un molde previamente enterrado en el suelo.
La campana que ayer comenzó a nacer en Os de Balaguer (Lleida) tardará dos días en enfriarse y solidificarse, de modo que el domingo podrá romperse el molde (hecho de adobe con agua, paja y boñiga de caballo, a la antigua usanza, según el experto) a la vista de todos y a Portilla le quedará entonces la tarea de ajustar el sonido. Se trata de la campana de mayores dimensiones que se ha fabricado en los dos últimos siglos en España de forma artesanal puesto que, según explicó su autor, “casi todas se hacen hoy en día de forma industrial”.
Portilla, perteneciente a una familia de maestros campaneros, estuvo anoche rodeado de un grupo de personas de Os de Balaguer, el pueblo de Lleida (España) donde este fin de semana se celebra el XXXII Encuentro de Campaneros, además de la XX Feria de la Campana.
El vertido del bronce incandescente sigue el mismo proceso artesanal que el que empleaban los escultores en la época del Renacimiento y, anteriormente, en época romana, con la técnica de la cera perdida. Es un momento lleno de emoción y expectante, porque ahora solo puede verse a ras de suelo una masa aparentemente informe e incandescente que va oscureciendo y perdiendo temperatura. Anoche llegó a los 1100 grados Celsius, en medio de la oscuridad.
Esta flamante campana -que pesará más de 500 kgs y mide algo más de 80 cms de alto- se destinará al monasterio de Santa María de Bellpuig, en les Avellanes, hoy perteneciente a los Hermanos Maristas y situado también en el término municipal de Os de Balaguer. Se colocará en honor al monasterio premostratense de Artà (Baleares), que en tiempos del rey Jaime I dependió de Les Avellanes.
El XXX Encuentro de Campaneros está promovido por la Cofradía de Campaneros y Carillonistas de Cataluña, según explicó su presidente de honor, Jaume León. En el resto de España existen diversas asociaciones que promueven el toque tradicional de campanas según los usos de cada pueblo.
La polémica ha ayudado a mantener viva la tradición
Según León, después de un tiempo en el que parecía que el toque de campanas iba a desaparecer, la polémica ha ayudado a revitalizarlo. “Hay gente a la que no le molesta el camión de la basura en la ciudad pero llega al pueblo y se enfada porque suena la campana y dice que no le deja dormir. Este tipo de polémicas no ha hecho sino animar a la gente a reivindicar su dignidad y una forma de cultura que es el toque de campanas”. Por eso ahora se organizan “incluso cursillos en las escuelas, lo que hace que los niños se interesen por esta tradición”, dice.
Sábado 27 y domingo 28 de abril, Os de Balaguer acogerá a miles de personas, que no solo podrán ver el nacimiento de la nueva campana sino también podrán visitar la iglesia y el castillo de Os de Balaguer, que alberga el Museo de la Campana.
Durante toda la jornada del domingo, los campaneros son invitados a subir al campanario y hacer el toque propio de su pueblo, lo que año tras año se ha convertido en un espectáculo cada vez más atractivo.