Será beatificada este sábado en el corazón de MéxicoSu nombre completo fue María Concepción Antonia Cabrera Arias, pero fue en sus días, y lo es ahora mismo, mejor conocida conocida por el mexicanísimo diminutivo de Conchita.
El sábado 4 de mayo, para el inmenso regocijo de los mexicanos, será beatificada en el corazón mismo de la fe del país norteamericano: la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad de México.
No es una beatificación, como si dijéramos, normal. Conchita reúne muchas condiciones que podrían haber retardado o incluso imposibilitado su beatificación. Pero no ha sido así, los hijos y las hijas de sus obras, que en México son legión, insistieron –sobre todo los Misioneros del Espíritu Santo—para que subiera a los altares.
Pancho y Conchita tuvieron nueve hijos
Esta seglar y mística mexicana nació en Jesús María, San Luis Potosí (en el centro de México), el 8 de diciembre de 1862, en el seno de una familia acomodada. A pesar de su posición económica, sólo estudió hasta el equivalente de tercer año de primaria.
Al llegar a la adolescencia asistió, por orden de su familia, a bailes pomposos que no le agradaban. Pero en uno de ellos, cuando tenía 13 años, conoció a su futuro esposo, Francisco (Pancho) Armida, de 17 años, e iniciaron un noviazgo muy de la época que duró nueve años.
Pancho y Conchita se casaron cuando ella tenía 22 años, y tuvieron nueve hijos. Fue después de la muerte de su segundo hijo, fallecido a los seis años, que Jesucristo comenzó a concederle a Conchita profundas gracias místicas (incluyendo diálogos con Él) que durarían el resto de su vida.
Viuda y fundadora
Guiada por su director espiritual, llevó una vida interior muy profunda, si bien a la vista del mundo parecía que llevaba una vida muy normal. Parecía una esposa devota y entregada a los quehaceres familiares, como tantas otras mujeres a fines del siglo XIX en sociedades tradicionales y católicas como la de San Luis Potosí.
En la noche del Jueves al Viernes Santo de 1894, Conchita experimentó los estigmas de la Pasión de manera invisible, y en la Pascua tuvo la visión de la Cruz con el Corazón de Jesús en el centro, traspasado por una lanza, y el Espíritu Santo descendiendo, lo que daría lugar a la fundación del Apostolado de la Cruz.
Conchita enviudó a los 39 años, y tras ello, Dios la llamó a ampliar lo que le había encomendado. En total fundó cinco obras de la Cruz: el Apostolado de la Cruz (1894), las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús (1897), la Alianza de Amor (1909), la Fraternidad de Cristo Sacerdote (1912) y los Misioneros del Espíritu Santo (1914).
Casi como Santo Tomás de Aquino
Conchita Cabrera de Armida recibió de la Santa Sede un indulto que le concedía profesar como religiosa *in articulo mortis* dentro de una de las congregaciones que ella misma había fundado.
Murió en la ciudad de México el 3 de marzo de 1937. Ella, que no llegó ni a tercero de primaria, dejó sesenta mil páginas manuscritas de obra religiosa (esa cantidad de escritos rivaliza con la de santo Tomás de Aquino). Sus textos son de gran profundidad teológica. En la actualidad tiene 46 obras editadas y 26 obras inéditas.
En 1959 se inició el proceso de beatificación en Roma, Fue declarada Venerable por el Papa San Juan Pablo II el 20 de diciembre de 1999. Para el estudio del Milagro, las pruebas fueron estudiadas en la diócesis de Monterrey (México) del 11 de marzo de 2011 al 14 de mayo de 2015.
El milagro por el cual será beatificada fue comprobado por los médicos en Roma el 23 de noviembre de 2017. Ahí se aprobó una curación inexplicable, por intercesión de Conchita, la tarde del 22 de mayo de 2008 en el Hospital San José (Monterrey), en la persona de Jorge Treviño, quien sufría parálisis general.