Son innumerables los visitantes que llegan de todo el mundo para admirar las distintas especies de rosas, y para disfrutar de un paisaje único e inigualable de la Roma antigua
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La Rosaleda Municipal de Roma es un importantísimo y espectacular jardín en el centro de la capital italiana, muy cerca del Circo Massimo y del Coliseo, en las laderas de la colina del Aventino.
Aunque está construido en un antiguo cementerio hebreo, en realidad este sitio era dedicado a las flores ya desde siglo III a.C. En el lugar había un templo consagrado a la diosa Flora, y la llegada de la primavera se solía celebrar con una grande fiesta llamada “florali”, dedicada a la diosa para pedir protección.
Durante siglos estuvo cubierto por huertos y viñedos, hasta que en 1645 fue comprado por la Sociedad Judía de la Caridad y la Muerte para ser utilizado como cementerio. En 1934 trasladaron el cementerio al gran cementerio de Roma llamado el “Verano”, y el área pasó a pertenecer a la sección municipal de Parques.
Hasta 1950, el área era solo un parque de cipreses; luego se decidió crear un nuevo jardín de rosas municipal, ya que el antiguo, que estaba en la colina del Oppio y que contenía 300 especies de rosas, había sido destruido durante la Segunda Guerra Mundial.
Como agradecimiento a la comunidad judía, que permitió recrear el jardín de rosas en un lugar sagrado, a la entrada del jardín se colocaron las tablas de la ley, y los caminos que dividen las colecciones de rosas forman la menorá, (el candelabro de siete brazos, símbolo del judaísmo).
La rosaleda alberga alrededor de 1.100 especies de rosas de todo el mundo. Entre las más curiosas, están: la rosa Chinensis Virdiflora, con pétalos verdes; la rosa Chinensis Mutabilis, que cambia de color con el paso de los días y la rosa Foetida, una rosa maloliente; o la rosa Peace, que posee una historia muy particular.
Los cortes de híbrido de la rosa Peace, fueron obtenidos en Francia por Francis Meilland, al estallar la Segunda Guerra Mundial. Antes de que se cerraran las fronteras francesas, se enviaron a viveros que habían comprado los derechos en Italia, en Alemania y en Estados Unidos. Precisamente en EE.UU., al finalizar la guerra, la misma variedad se colocó para adornar las mesas en los tratados de paz en la Conferencia de San Francisco, convirtiéndose así en símbolo de la paz.
El jardín está divido en dos secciones por la calle Valle Murcia: en la zona superior se encuentra una gran colección de rosas botánicas, tanto antiguas como modernas, mientras que la inferior, un poco más pequeña, se plantan las rosas que participan en el “Premio Roma”, un prestigioso concurso que se celebra desde 1933, el más antiguo de todas las competiciones de este tipo.
El ingreso a la rosaleda es totalmente gratuito, pero solo se puede visitar en la época de su máximo esplendor, desde fines de abril hasta fines de junio. Son innumerables los visitantes que llegan de todo el mundo para admirar las distintas especies de la reinas de las flores, y para disfrutar de un paisaje único e inigualable de la Roma antigua.
Fuente: comune.roma.it