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Noruega se la juega por Venezuela pese al veto de la palabra “diálogo”

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Carlos Zapata - Aleteia Venezuela - published on 16/05/19
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Gobierno y oposición buscan en Oslo una salida a la compleja crisis del país. Aleteia constató que, consciente del rechazo generado por la sola mención del término “diálogo”, Noruega mantiene reuniones “secretas” con ambos sectores de Venezuela

Los grandes esfuerzos de Noruega por un nuevo intento de acercamiento entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición generan amplio escepticismo, en medio de una crisis compleja y sin claros precedentes que conforman una apuesta “ingenua” del gobierno noruego, apoyada en su exitosa experiencia con la paz en Colombia.

Lo advierte Leiv Marsteintredet, profesor asociado de Política Comparada de la Universidad de Bergen, quien conversó en exclusiva con Aleteia acerca del particular panorama de América Latina tras confirmarse las reuniones con ambos sectores en un intento desesperado por lograr la paz en la nación sudamericana.

Investigador de fenómenos políticos y especialista en estudios de resolución de conflictos, el experto noruego sostiene desde Oslo que, representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores de su país mantienen visitas a Caracas para conversar con la administración de Maduro y personajes de la oposición.

El también analista internacional indicó que “desde hace días, han estado hablando nuevamente con la oposición”. No obstante, dijo desconocer si el vuelo que llevaba a bordo a funcionarios de la administración Maduro era de bandera rusa, pero admitió que muchas informaciones “no confirmadas” así lo sugieren.

“No lo sé bien. Estaban siguiendo uno de esos aviones privados, que es oriundo de Turquía, pasó por México y Caracas antes de llegar a Oslo. Se supone que era en esa que iban los representantes del Gobierno. Pero no me consta”, sostuvo.

“Estaban en Caracas y sabemos que Noruega a través de su personal del Ministerio de Relaciones Exteriores y la sección de Resolución de Conflictos y Paz lleva tiempo hablando con ambas partes”, abundó.

El especialista expuso las razones por las cuales el gobierno de Maduro aceptó conversar con la mediación de Noruega, debido a las afinidades logradas durante los procesos de negociación de paz de Colombia, con la participación de Cuba. Estimó además que Oslo cuenta con el visto bueno de los principales actores: Estados Unidos y Rusia.

-Después de un historial de fracasos en los procesos de diálogo, que incluyó en una ocasión la observación de la Santa Sede, ¿cree que sea posible la paz en Venezuela con la mediación de Noruega? ¿Qué es diferente ahora a los intentos previos?

-Uno podría decir que es posible. Pero tengo grandes dudas de que el esfuerzo actual tenga éxito. Como bien dice, ha habido muchos intentos fallidos. Lo que ha cambiado es que la crisis se ha profundizado severamente y la presión interior y exterior es mucho más fuerte, lo cual podría ser un factor que logre convencer (al gobierno de Maduro) de negociar. Pero estoy escéptico con el resultado final.

Noruega ha entrado con un equipo que ha negociado en la paz en Colombia y tiene amplia experiencia, pero no sé si es la más válida en este caso. No se trata de un grupo ilegal armado que debe dejar las armas, como en el caso colombiano, sino que debe negociar de alguna u otra manera la salida del gobierno y apuntar a la posterior realización de elecciones en Venezuela.

Sin embargo, es interesante ver que dentro de todas las iniciativas que se han dado con el Grupo de Lima, al Gobierno venezolano le interesa hablar a través de la iniciativa noruega y el Grupo de Contacto Internacional (GCI).

-Según su criterio, ¿por qué razón Noruega le resulta más atractiva a la administración Maduro para negociar?

-Porque Noruega no está poniendo condiciones, mientras que los otros grupos insisten en que conversen o dialoguen para la realización de comicios.

Es una diferencia interesante, entre las iniciativas; y probablemente sea eso lo que lo haga tan interesante para el Gobierno.

Pero es además una posibilidad de nuevo de comprarse tiempo, debilitar a Juan Guaidó, o puede que realmente estén interesados en dejar el poder. Estoy escéptico a la iniciativa y lo veo muy difícil.

-Habitualmente se asocian estos procesos de negociación a una inyección de oxígeno. ¿Es posible en el caso de Noruega con Venezuela estimar el tiempo de la resolución, o si será lento?

-Habría que ver primero si realmente se va a entrar en negociaciones de pleno, porque hay muchos factores de ambos lados que no están interesados en la negociación. Además, la palabra diálogo no se puede usar en Venezuela, por ejemplo. Hay factores que no quieren negociar, tampoco del régimen.

No es como en Colombia, donde tuvieron el lujo de hablar en secreto durante un año. Aquí hay spoilers que publican cualquier movimiento para tratar de sabotear las conversaciones que están ocurriendo.

Si se quieren negociaciones exitosas en el sentido de un acuerdo, transferencia de poder o elecciones, no creo que tengan mucho tiempo para ponerse de acuerdo. Van a haber iniciativas para sabotearlo y puede ser que resulte muy criticado el proceso y eso termine por debilitarlo; así como a la legitimidad de los actores.

No es sólo convencer al grupo de salir del poder. Es un entramado que incluye el debilitamiento del Estado, poderes ilegales paraestatales, la situación absolutamente crítica en materia económica, social y humanitaria.

-Se habla mucho sobre una intervención militar extranjera en Venezuela… ¿Se trata de una amenaza real? ¿Cómo ven en Noruega la opción de la fuerza?

-El gobierno noruego, como la mayor parte de Europa, sigue la situación de Venezuela. Y la política de América Latina ve con gran escepticismo la mención de una posible intervención militar.

Nunca he creído que esa amenaza haya sido real, ni que estén haciendo planes para invadir ni intervenir militarmente. Amenazan para convencer al gobierno de salir del poder. Pero el gobierno de Maduro ha visto lo mismo: no toma con seriedad las menciones por Twitter de John Bolton, Mike Pompeo y Donald Trump.

Nosotros en Noruega lo vemos como la peor opción. En parte, por eso el gobierno noruego ha querido involucrarse… Es una iniciativa para evitar que se materialicen situaciones peores.

-¿Actúa Noruega a espaldas de Estados Unidos en el caso venezolano?

-No. Yo creo que el gobierno noruego emprende sus conversaciones con el Gobierno y la oposición porque tiene el visto bueno de Washington. No creo que lo hubiesen hecho sin haber consultado a los actores más importantes como la administración de Donald Trump.

Además, Noruega es un miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y es un fuerte aliado de Estados Unidos; adicionalmente, es vecino de Rusia. No lo haría sin su visto bueno…

-¿Qué gana y qué pierde Noruega con esta iniciativa?

-Depende. Obviamente, está tratando de tomar provecho de su rol (exitoso)en Colombia y el buen nombre que pude tener en ciertos círculos en América Latina gracias a su posición en el tratado de paz.

Puede usar los mismos contactos y la experiencia que logró ganar en ese momento. Están tratando de utilizar esa posición estratégica de manera independiente, que le ha ganado mayor respeto además con la izquierda en Latinoamérica por haber negociado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Pero es un hecho que no tiene importancia a nivel electoral o política en Noruega. Forma parte de la política exterior de Noruega. Ha estado involucrado además en Guatemala en los año 90.

Sin embargo, tuvo fracasos en el proceso Israel – Palestina y en Sri Lanka hace unos diez años. Esto forma parte de la política de conflictos profundos.

Si fracasa en Venezuela, va a recibir duras críticas. De hecho, ya está recibiendo críticas del ala más radical de la oposición y de América Latina.

-¿Diría que es una apuesta arriesgada verse en el espejo del fallido intento del Vaticano debido al incumplimiento de la administración Maduro?

-Diría que Noruega podría por haber entrado de manera ingenua en un conflicto demasiado complicado sin un conocimiento suficiente del conflicto. Pero no le va a crear daño a su Gobierno. No tiene tanto qué ganar o perder, a nivel político.

En Venezuela y en círculos políticos de la región puede perder en cuanto a su imagen. Pero la Santa Sede es una institución super importante en Venezuela y que goza de profundo respeto en gran parte de la población, mientras que Noruega es un actor minúsculo sobre el que la mayoría de los venezolanos no tiene opinión. En ese aspecto, tendría menos qué perder.

Es claro que si entra de manera muy ingenua, si no pone condiciones al gobierno de Nicolás Maduro, tiene algo qué perder.

-Se habla de vuelos rusos entre Caracas y Punta Cana, así como entre Caracas y Oslo. ¿Esos vuelos patrocinados también hacen parada en La Habana?

-Creo que una razón por la que el gobierno de Maduro quiere hablar es que Noruega tiene una buena posición en Cuba, de nuevo tras las conversaciones con Colombia y con las FARC en La Habana. Y contamos con una larga relación diplomática durante el período post revolucionario.

Noruega es respetada por Cuba y nos escucha. Eso ayuda a que Maduro, con enlaces profundos con Cuba, pueda aceptar hablar con Noruega. Goza además de respeto en Washington y de la administración de Donald Trump; así como hemos ganado el respeto de la izquierda radical, y obviamente de parte del gobierno de Venezuela.

El grupo que está tratando de negociar compartió mesa con actores venezolanos en el proceso de paz de Colombia. De hecho, Noruega tiene más problema con la oposición por ese mismo argumento, porque entra en este proceso de manera ingenua, con respecto al gobierno de Maduro.

Y ha sido criticada por su rol en el proceso de paz colombiano. Se vio con el referéndum del tratado de paz en Colombia: a Noruega se le cuestiona el haber negociado algo “demasiado bueno” para las FARC.

 Como noruego, ¿qué le pide a Dios para Venezuela?

-Que se resuelva rápido este conflicto, de la manera más pacífica posible para que se pueda reconstruir el país. Tengo muchos amigos venezolanos dentro y fuera de Venezuela y veo la desesperación que ellos sienten, la preocupación por sus familiares y por su propia vida. Deseo de corazón que esto se resuelva muy muy rápido y de manera pacífica… ¡Que vivan en paz y en libertad!

Difícil situación de Venezuela en imágenes: 

 

 

 

 

 

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