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Como sacerdote, recibo muchas críticas constantemente. Los temas son muy amplios – el volumen del sistema de sonido, el llanto de los bebés durante la misa, la posición de las velas en el altar, una palabra usada durante la homilía, la forma como me visto.
Y las críticas no son solo dirigidas a mí. La gente viene a decirme lo que está equivocado en los demás y en el mundo en general. En cierto modo, es una señal de respeto que la gente esté dispuesta a ser honesta conmigo.
Pero no siempre he sabido lidiarlo. Aún recuerdo cuando empecé a escribir seriamente y a publicar artículos. En internet, los comentarios pueden ser brutales. Habrá inevitablemente un ataque personal o una reacción negativa totalmente sin sentido. Eso ya me incomodaba mucho, pero después me di cuenta de otra cosa. Todo el mundo es criticado. Como sacerdote y escritor, no soy el único. A todos, en todas las esferas de la vida, se cuestiona y ataca.
Cuando conocí la historia de san Bernardino de Siena, franciscano del siglo XIV que vivió en el norte de Italia, me impresionó cómo este hombre humilde a quien constantemente criticaron. Cuando se hizo monje, su primera tarea fue pedir limosna en Siena, motivo por el cual lo criticaron los habitantes de la ciudad. Entre sus familiares, sufrió críticas por haberse hecho monje en vez de hombre de negocios. Se dice que Bernardino encajaba con calma los insultos y las críticas.
Denunciado como hereje
Más tarde en su vida, Bernardino se convirtió en un predicador famoso, multitudes de 30.000 personas acudían a oírle hablar. Y cuanto más famoso se hacía, mayores eran las críticas. Un noble local se ofendió y le amenazó con la prisión y la muerte si Bernardino no cambiaba los temas de sus sermones. Lo denunciaron como hereje y lo forzaron a ir a juicio ante el Papa para defenderse. Por fin consiguió limpiar su nombre, pero mientras estaba en medio de las críticas, permaneció, como siempre, perfectamente calmo. Todo lo que decía era: “Dios cuida de esas cosas”.
Bernardino habla sobre cómo sobre cómo lidiar con las críticas de forma serena, contando una historia sobre un abad y uno de sus jóvenes monjes.
El abad dice al monje que busque un burro. El abad monta en el burro y empieza el viaje, mientras que el joven monje sigue a pie. Cuando pasan por la ciudad, un hombre reclama que el abad está siendo egoísta, pues el joven monje camina a pie. Entonces el abad baja del burro y pide al joven que monte. Más adelante, un hombre los ve y comenta que es muy extraño que un anciano ande y un joven vaya montado, cuando en realidad, ambos podrían montar en el animal. Entonces, el abad también sube al burro. Más adelante, un hombre los ve y comenta que el abad y el monje están maltratando al animal. Entonces ambos bajan del burro. Viene otro hombre y les dice que son insensatos al caminar y no montar en el burro...
A partir de esa fábula, Bernardino explica que alguien, en algún lugar, te criticará por cualquier cosa que hagas así que no debes preocuparte por las opiniones de los demás.
1"Toma las críticas en serio, pero no como algo personal"
Esto significa que no hay que cambiar al primer indicio de una opinión diferente, pero tampoco enzarzarse en una reacción defensiva. Bernardino prosiguió con serenidad en su camino.
2"Si has reflexionado sobre tus acciones, no te preocupes por lo que piensan los demás"
Busca buenos consejos, escucha a tu conciencia, toma tu decisión y no hagas caso a la negatividad y a las críticas.
3"Y por último, ninguna discusión es necesaria”
Ni Bernardino – ni su abad ficticio – se pararon a discutir con sus detractores. No todo el mundo tiene que estar de acuerdo, o ni siquiera entender todo lo que hagas. Y discutir con los críticos muchas veces no sirve más que para desperdiciar energía.
Al final, Bernardino lidió con las críticas tan bien porque sabía que estaba actuando lo mejor que podía. Sus acciones eran genuinas a favor de otras personas, y no a causa de su reputación. Lo único que importa es vivir con generosidad y humildad, procurando siempre hacer el bien en todas las situaciones - no importa lo que digan nuestros críticos.