Propuesta de la Vicaría de Pastoral Social de Cáritas
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Hace algunas semanas el actual gobierno del Presidente Sebastián Piñera presentó el proyecto sobre adaptabilidad del trabajo. El cual, si se aprueba en el Congreso, en lo medular permitirá a quienes quieran trabajar de forma más intensa de lunes a jueves y tener tres días de descanso.
Chile actualmente tiene una jornada laboral de 45 horas a la semana; y la propuesta planteada por el gobierno no considera una rebaja en la cantidad de horas. Por tanto, en los últimos días han surgido modificaciones a esta propuesta, y una de ella nace de la Vicaría de la Pastoral Social Caritas.
“Las 40 horas de trabajo a la semana es algo que nos haría bien a todos, porque valora a la persona. Acabo de visitar a trabajadores del retail, conversé con muchos de ellos y las enfermedades que se les producen por las extensas jornadas laborales, el estrés y las malas relaciones con sus jefaturas nos hacen ver que la persona no está en el centro. Lo que está en el centro es asegurar una mayor ganancia o productividad, pero a costa de la persona. Si efectivamente pongo a la persona en el centro, debiéramos caminar a una jornada ética de 40 horas de trabajo y que respete el sueldo”, señaló el vicario, Jorge Muñoz SJ.
También agregó: “Es bueno acomodar las condiciones laborales de acuerdo a los tiempos que estamos viviendo. Chile ha crecido, la ciudad se ha extendido, entonces hoy día, el tema de la jornada laboral es grave, porque, además de ser extensas, las distancias que los trabajadores recorren para llegar a sus trabajos son lejanas”.
En relación a la discusión que existe en el congreso sobre este tema el vicario señaló que “si se está discutiendo una ley que quiere conciliar vida laboral y familiar, creo que la mejor manera de hacerlo no pasa tanto por la flexibilidad laboral de juntar 12 o 14 horas para ganar un día libre más, porque finalmente ese día libre lo recuperaría por el excesivo esfuerzo que me llevó tener cuatro días de trabajo extenso y haría que invierta un día entero en dormir para recuperarme del desgaste hecho”
La Pastoral también presentó un documento que propone cuatro propuestas ético -valóricas para lograr un trabajo decente.
1) Un modelo económico que ponga a la persona al centro del trabajo: “Surge en este punto el imperativo moral de volver a poner a la persona en el centro del trabajo y de todo modelo económico, sólo así es posible avanzar hacia un trabajo decente y un verdadero desarrollo humano. Dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rédito inmediato es muy mal negocio para la sociedad”.
2) Un sueldo ético y justo en todas las empresas: “Le pedimos al mundo empresarial que la maximización de las ganancias, motor de la iniciativa privada, no se sustente en la precarización del trabajo. La retribución de la labor de todo hombre y mujer debe permitir a la persona y a su familia una vida acorde a su dignidad y toda acción que vulnere dicha dignidad va en contra de los derechos humanos y deshumaniza a la persona volviéndola una mera mercancía.
3) Un movimiento sindical más unido por el bien común: “Llamamos a los sindicatos a refundar su marco valórico, donde la unidad vuelva a ser el pilar fundamental. El aislamiento nos hace pequeños, por el contrario, la unión nos da fuerza, robustez y entereza, la unidad multiplica lo que cada uno puede”.
4) Una protección social solidaria garantizada por el Estado: “Emplazamos a las instituciones del Estado a construir -o reconstruir- sistemas de protección social más solidarios, donde no sea cada uno el que debe salvarse solo, sino que todos seamos verdaderamente responsables de todos (SRS 38). Avanzar en modelos tripartitos cuyo motor no sea el lucro, sino la “protección social”, donde haya solidaridad intrageneracional e intergeneracional y sistemas que no discriminen según género o edad”.