Un tema que se ha transformado en un desafío constante y al debe en el país sudamericano, además de dejar constancia de las barreras persistentes en el sistema de salud público
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En una semana dos migrantes procedentes de Haití han fallecido en el sistema de salud público chileno. Monise Joseph (31) llegó a Chile hace dos años, el jueves pasado comenzó a sentir los malestares de un resfriado. El viernes, según relató su cuñado, fue a un centro de salud donde le le recetaron paracetamol y amoxicilina. El miércoles ya tenía sangramientos; y el jueves falleció en el Hospital Barros Luco.
Su caso se suma al de Rebeka Pierre, que falleció luego de ser dada de alta en el Hospital Félix Bulnes. En los dos casos la imposibilidad de comunicarse ha sido la causa que atribuyen las autoridades de salud para explicar el fallecimiento de ambas mujeres.
El director del Servicio Jesuita Migrante, José Tomás Vicuña, en tanto, dijo que estos no son los primeros casos “son personas que vinieron en avión y van a volver en un ataúd”. “Hay personas también chilenas que mueren de manera injusta por distintos motivos, y no se trata de competir, sino que vernos como seres humanos, que esto nos preocupe. Esperamos también la palabra del Estado”, agregó.
El idioma es la principal barrera para la inclusión de los migrantes haitianos a Chile. Es así como desde el 2010, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) ofrece cursos de español gratuitos con el fin de disminuir las barreras que obstaculizan el poder desarrollar sus vidas de manera plena. Sin embargo, esto no es suficiente para los casi 180 mil haitianos que se encuentran viviendo en Chile en la actualidad.
Para el director del Servicio Jesuita Migrante el desafío está en la inclusión a todo nivel para los migrantes “Un reto es cómo generamos políticas de encuentro que reconozcan las diversidades. Viendo las caracterizaciones comunales o regionales sabemos que presentan distintos perfiles migratorios y se deben adecuar las políticas regionales o comunales a ello”.
La comunidad de extranjeros en Chile, es cada vez mayor. Entre marzo y diciembre del 2018 los residentes habituales llegaron a 1.251.225. Venezuela es la comunidad más numerosa con 288.233 personas (23% del total de migrantes). Luego vienen Perú, con 223.923; Haití, con 179.338; Colombia, con 146.582 personas, y Bolivia, con 107.346 personas.
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