Empresas de EEUU hacen un comunicado mostrando que es más importante la rentabilidad económica que la vida del no nacido
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Las recientes medidas restrictivas del aborto adoptadas por legislaciones de varios estados de la Unión Americana –entre ellos Missouri, Georgia, Mississippi, Kentucky, Alabama y Ohio—han motivado una fuerte ofensiva de parte de la industria cinematográfica (en contra de Georgia) y de 180 dueños de negocios quienes firmaron una carta y pagaron el pasado lunes 10 de junio un anuncio a página completa en el periódico The New York Times.
Los dueños o directores generales de estas corporaciones –que incluyen a Square Inc., Yelp, H&M, Slack, Postmates, Bloomberg LP y Warby Parker—comparecieron ante la opinión pública para “defender el cuidado de la salud reproductiva” bajo el título de “No prohibir la igualdad”. En el cuerpo del desplegado se afirma que las prohibiciones de aborto son “malas para los negocios”.
En la parte inicial del anuncio se señala que “la igualdad en el lugar de trabajo es uno de los asuntos comerciales más importantes de nuestro tiempo (…) Cuando todos están capacitados para tener éxito, nuestras empresas, nuestras comunidades y nuestra economía son mejores para ello”.
Luego, los empresarios subrayan que “la restricción del acceso a la atención reproductiva integral, incluido el aborto, amenaza la salud, la independencia y la estabilidad económica de nuestros empleados y clientes. En pocas palabras, va en contra de nuestros valores y es malo para los negocios”.
“Nosotros, los abajo firmantes, empleamos a más de 108.000 trabajadores y nos oponemos a las políticas que obstaculizan la salud, la independencia y la capacidad de las personas para tener pleno éxito en el lugar de trabajo”, insisten en el anuncio del rotativo neoyorquino.
El anuncio también dijo que las prohibiciones de aborto ponen en riesgo a la economía, las familias, las comunidades y las empresas y que los firmantes son parte de la” Coalición para No Prohibir la Igualdad” y fue festejado por las organizaciones en la que se agrupan defensores de la legalización del aborto en Estados Unidos.
“Estamos agradecidos e inspirados de tener tantos líderes empresariales que se unen a nosotros con orgullo y públicamente para oponernos a estos ataques peligrosos y sin precedentes, lo que genera alarma sobre el efecto escalofriante sobre sus empleados y las comunidades donde hacen negocios”, dijo la presidente de Planned Parenthood, Leana Wen.
Anthony D. Romero, director ejecutivo de ACLU, dijo que la organización está “orgullosa de estar al lado de estos líderes empresariales que dicen en voz alta y clara: el acceso a la atención de salud reproductiva, incluido el aborto, es esencial para la igualdad de sus empleados en el lugar de trabajo y sus vidas”.
Georgia y Alabama aprobaron una legislación restrictiva sobre el aborto en 2019. El gobernador republicano de Georgia, Brian Kemp, firmó un proyecto de ley sobre el latido fetal en mayo que entrará en vigor el 1 de enero de 2020, prohibiendo la mayoría de los abortos en Georgia después de que se detecte un latido fetal.
El proyecto de ley hace excepciones en casos de violación e incesto si se presenta un informe policial y cuando la salud de la madre está en riesgo.
La gobernadora republicana de Alabama, Kay Ivey, promulgó la ley HB 314 el 15 de mayo. La ley de Alabama, que entrará en vigencia dentro de los seis meses posteriores a su firma, es la ley de aborto más restrictiva de los Estados Unidos y es una prohibición casi total de los abortos puesto que no hace excepciones para los casos de violación o incesto, pero haría una excepción si la salud de la madre estuviera en grave peligro.
Un número creciente de estudios de Hollywood dijo que considerarán dejar de dirigir su negocio de filmación en Georgia en caso de que la ley de latidos del corazón entre en vigencia en 2020, incluidos grandes productores como Disney y Netflix.
Lo que deja claro es que en el tema del aborto se mueven más millones de los que un análisis somero prevendría. Tanto así que ahora, con absoluta tranquilidad, firmas importantes lo han dicho fuerte y claro: restringirlo es dañino para sus negocios. Y en los negocios, “money talks” (“el dinero habla”). Y no hablan, desde luego, los que aún no tienen voz.
Con información de The Daily Signal
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