Uno de los resultados más exitosos del proceso de paz colombiano permitirá que excombatientes obtengan utilidades económicas y se reintegren a la vida civil como pequeños empresarios
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Medio centenar de excombatientes que hace cinco años dejaron las armas y aceptaron vincularse a la sociedad sorprendieron a los colombianos con la noticia de que se convertirán en exportadores de café de alta calidad.
Se trata de antiguos insurgentes de la región de Dolores, Tolima, —en el centro del país— que se organizaron legalmente para sembrar café, procesarlo y venderlo al exterior a multinacionales especializadas en la comercialización del producto estrella de la economía colombiana. La empresa, denominada Asociación Agropecuaria y Agroindustrial Construyendo Paz (Acopaz), además del propósito de vincularse a la producción cafetera, también trabaja en la búsqueda de fuentes de empleo para los exFARC que durante cinco décadas enfrentaron al Estado en una de las regiones más afectada por la violencia.
Uno de los líderes de Acopaz, Néstor Yamid Torres, explicó que se escogió el café por tratarse de un cultivo que se ajusta a la cultura colombiana y al origen campesino de muchos de los integrantes de las desaparecidas FARC. Este desmovilizado de la guerrilla considera como un acierto la decisión de comercializar el grano porque “tiene mucha demanda en el mundo”. Sobre el accidentado proceso de paz con el Gobierno, Torres dijo que para para él y sus compañeros “ha significado mucho porque acabó con mucha violencia”.
Imágenes aquí (hacer click en galería):
Las primeras 22 toneladas del café de Asopaz fueron enviadas la semana pasada desde el puerto de Santa Marta, en el mar Caribe, rumbo a Estados Unidos. Según Lohas Beans, la multinacional encargada de la capacitación de los exguerrilleros en todo el proceso de siembra, procesamiento y negociación para la venta del producto en el extranjero, el grano es de alta calidad y tiene el sello de “café orgánico”, es decir, que se cultivó sin el uso de agroquímicos y a la sombra de árboles que producen sombra. Para validar esa calidad, la empresa le entregó a Asopaz una certificación en “buenas prácticas y procesos de producción de café orgánico”.
Miguel Jiménez, consultor de Lohas Beans, afirmó que desde el comienzo del proceso hace varios años, la empresa sabía del compromiso y la responsabilidad asumida con los desmovilizados y el país. “Hoy al ver los camiones cargados de café y a un puñado de hombres que le dijeron sí a la paz, se puede decir que vale la pena apoyar este tipo de iniciativas”, reiteró Jiménez.
El programa tiene un alto componente gubernamental, según explicó Andrés Felipe Stapper, director de Agencia para la Reincorporación y la Normalización —ARN—. Esta entidad vinculada a la Presidencia de la República tuvo a su cargo el impulso de la alianza entre los nuevos cafeteros, la multinacional y diferentes organismos oficiales. Para Stapper, el envío del primer cargamento demuestra “el crecimiento de Acopaz, y esfuerzo y dedicación de los excombatientes para cumplirle a Lohas Beans. También reafirma su compromiso con el proceso de reincorporación”.
Óscar Torres, otro de los líderes de Acopaz, se declaró satisfecho con el crecimiento de su asociación y los beneficios para sus integrantes. “Estamos felices por los resultados y a la espera de que este café fruto de la paz y la reconciliación llegue a los mercados internacionales”, señaló el exguerrillero al observar que los sacos de café llegados del interior de Colombia estaban listos para ser embarcados en Santa Marta.
En los próximos meses Acopaz y Lohas Beans deben enviar a mercados internacionales 178 toneladas de café para completar las 200 que se comprometieron inicialmente. De acuerdo con los estudios financieros realizados los hombres y mujeres que hasta hace unos meses cargaban fusiles y aterraban a poblaciones indefensas, obtendrán utilidades cercanas a los 1.500 millones de pesos, es decir, unos 457.000 dólares.
La iniciativa es tan interesante para el gobierno colombiano, organizaciones internacionales, comunidades campesinas, empresas y desmovilizados que en departamentos como el Cauca, en el occidente del país, otros desmovilizados trabajan en procesos similares. Uno de esos procesos lo adelantan exguerrilleros de las FARC, la multinacional italiana Illycaffe y Ascafé. La meta es producir, entregar y exportar un millón de kilos de café seco en los próximos meses.
Te puede interesar:
Los exguerrilleros de las Farc que cambiaron armas por remos y ahora son guías de rafting
Te puede interesar:
Las armas de las FARC ahora son un contramonumento
Te puede interesar:
Las velas que iluminan la noche y piden paz en Colombia