Cientos de niños de todas las edades, embarazadas y enfermos expuestos a la intemperie forman parte de los afectados por las nuevas medidas migratorias implementadas en Perú y Chile contra migrantes venezolanos
Viajar por tierra desde Venezuela hacia Chile puede tomar días o incluso meses cuando se hace caminando o por escalas. Por ello, a cientos de migrantes les tomaron por sorpresa las nuevas medidas y exigencia de documentos que ahora los mantiene en la frontera, sin poder formalizar su ingreso regular a la nación.
Les niegan la entrada por falta de documentación. Una que en la mayoría de los casos no era requerida, cuando -tras dejarlo todo en su tierra- partieron hacia Chile en busca de un futuro mejor.
El gobierno de Sebastián Piñera les pide pasaporte visado, sea en Perú o en Chile; así como bolsa de viaje turístico. Aunque legal, la medida afecta a una población cada vez mayor que ya supera las 800 personas, incluyendo a “niños de todas las edades que necesitan urgentemente una mayor atención; mujeres, embarazadas, personas enfermas a la intemperie sufriendo las inclemencias del clima y la impotencia de poder solucionar su proyecto migratorio”.
Un hecho que, según la Iglesia católica, “contrasta en que muchos migrantes que habitualmente hacían su ingreso internacional vienen de viaje, desde hace días o meses, y no poseen los requisitos exigidos (pasaporte, cédula de identidad, certificado de antecedentes y otros papeles), para su ingreso” legal.
Acciones humanitarias conjuntas
Un comunicado de la Diócesis de San Marcos de Arica, publicado este 24 de junio, señala que instituciones como: Incami, Servicio Jesuita Migrante, Instituto Nacional de Derechos Humanos, Fundación Scalabrini, asociaciones de migrantes y consulados “emprendieron acciones humanitarias y de incidencia, en virtud de la situación”.
Ante la gravedad de lo ocurrido, el obispo diocesano, Moisés Atisha, acompañado del vicario general, Mauricio Cáceres, y del padre Beto, responsable de Incami Arica, “fueron a constatar en terreno la situación que viven los venezolanos”.
Tras escuchar los relatos de los afectados “y rezar con ellos para que se busquen a la brevedad soluciones humanitarias con acciones concretas” aplaudieron el hecho de que el gobierno autorizara “el ingreso de familias con niños” al país.
Los representantes eclesiales acompañaron mediante los “buses, el desplazamiento de las familias venezolanas hasta el consulado de Chile en Tacna”, adonde reiteraron el deseo de la Iglesia Diocesana de San Marcos de Arica de buscar una solución.
La Iglesia chilena recuerda en este aspecto que “la realidad migratoria en el mundo debemos entenderla desde principios de humanidad, y nos desafía constantemente como sociedad a buscar claves de dignificación propia del Evangelio de Jesucristo. De esta forma ponemos en práctica lo que nos manda el Evangelio: ‘Era migrante y me recibieron’…” (Mt 25,31).
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Medidas de Perú que afectan el viaje a Chile
El caso no es aislado. Medidas similares emprendidas por el gobierno de Perú afectan a los venezolanos que -habiendo tramitado sus papeles para ingresar legalmente a Chile- deban hacer escala, pues en la actualidad las aerolíneas les impiden abordar vuelos si no cuentan con estos nuevos requisitos.
Es la situación de María Pérez, una zuliana que tardó casi dos años cambiando sus pocos ahorros en moneda local por divisas, para reunir los dólares necesarios y obtener el boleto a Chile. Pero vio frustrado su sueño de salir de Venezuela, porque teniendo pasaje aéreo y papeles para ingresar a tierra chilena, haría escala en Perú, donde ahora piden “visa humanitaria”.
Como consecuencia, debió vender sus prendas para pagar un boleto de retorno al Zulia, la alguna vez rica entidad petrolera venezolana. Pero al menos tuvo la suerte de que por razones administrativas no le hubieran terminado de procesar su renuncia, o habría quedado literalmente en la calle.
“Perdió el pasaje de Riohacha (norte de Colombia) a Chile. No pudo utilizar su boleto. Se regresó. Llamó al jefe para que dejara sin efecto su carta de renuncia, y por fortuna no la habían introducido. Había partido el 19 de junio de Maracaibo (Zulia, Venezuela) a Maicao (Colombia), y desde allá volaría”, contó a Aleteia su hermana.
“La aerolínea no la dejó volar. Pero si arregla la condición, pagaría la diferencia por haber cambiado las fechas de vuelo, debido a la nueva condición. El tema es que se quedó sin ahorros y tardó casi dos años en reunirlos. Se desplomó todo en un segundo. Uno entiende que hay medidas autónomas de los países, pero deben tener en cuenta estos casos tan lamentables”.
“En Chile trabaja otra hermana nuestra, que nació allá, donde es profesional y aporta al fisco. Acá en Venezuela nuestros ingresos son muy limitados. Y para nadie es un secreto cómo está el Zulia: sin luz, sin agua, sin transporte. ¡Esto es realmente insoportable!”.
“No renunció a su trabajo por floja, sino porque ya no le daba ni para comer. Tiene 30 años de edad, es profesional y está en etapa plenamente productiva. Ahora le toca volver a empezar y uno se desmoraliza. Acá la estamos apoyando mi hermana y yo como podemos, tratando de animarla”.
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Interminables trámites en Tacna (Chile)
Desde el sábado pasado, cientos de personas acuden a Tacna, donde esperan a lo largo del día para tramitar su visa. El principal desafío es obtener los antecedentes penales en Venezuela, donde la emisión depende del Gobierno. De acuerdo con la prensa local, el consulado en esa zona recibe un flujo de venezolanos diez veces mayor al habitual tras la aplicación de la medida.
Chacalluta es uno de los pasos fronterizos en colapso tras la sorpresiva acción gubernamental. Este martes, luego de más de una semana de exigencia de “Visa Humanitaria” por parte de Perú, “continúan familias, niños y niñas en la frontera chilena esperando una solución a la crisis humanitaria”, según denuncia en la zona el Servicio Jesuita de Refugiados.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas (Acnur) Las Américas y el Servicio Jesuita Migrante (SJM) coinciden en que “muchos de los venezolanos que llegaron a Chile recorrieron largos caminos a pie y se expusieron a numerosos riesgos durante el viaje”. Advierten que no se puede pretender gestionar esta grave situación “como si todo estuviera normal en Venezuela”.
Éxodo de venezolanos en imágenes: