El Pontífice reafirmó el compromiso de la Santa Sede a cooperar con la FAO apoyando el esfuerzo internacional hacia la eliminación del hambre en el mundo.
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El papa Francisco aseguró que la falta de alimento y de agua no es un asunto interno y exclusivo de los países más pobres y frágiles, sino que concierne a cada uno de nosotros y a la “familia humana”.
Lo dijo durante la audiencia de este jueves 27 de junio de 2019 en la que recibió a los participantes de la 41ª Conferencia General de la FAO en la Sala Regia del Vaticano.
El número de personas que padecen hambre en el mundo continúa en aumento, alcanzando los 821 millones en 2017, es decir, una de cada nueve personas (informe FAO 2018).
El Pontífice aseguró que con “nuestra actitud participamos de una u otra forma favoreciendo o frenando el sufrimiento de muchos hermanos nuestros”. Instó escuchar el “grito desesperado” de las personas con hambre y sed “y a poner los medios para que puedan vivir”, respetando sus “derechos más básicos”.
En este sentido, aseguró, “uno de los medios que está a nuestro alcance es la reducción del derroche de alimentos y de agua; para ello la educación y la sensibilización social es una inversión tanto a corto como a largo plazo”.
Se estima que un tercio de todos los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o se desperdician. En un mundo en el que casi mil millones de personas pasan hambre, esto es inaceptable, denuncia la FAO. Francisco señala este drama social y confía en las nuevas generaciones.
Francisco aseguró que el problema no es de un país o una región es de toda la familia humana. La muestra son el aumento del número de refugiados. Es “evidente la conexión entre la fragilidad ambiental, la inseguridad alimentaria y los movimientos migratorios”.
Para ello, sostuvo, “se necesita promover un desarrollo agrícola en las regiones más vulnerables, fortaleciendo la resiliencia y la sostenibilidad del territorio”. Además insistió en invertir en desarrollo y políticas solidarias.
“El esfuerzo conjunto de todos logrará hacer realidad las metas y compromisos asumidos a través de programas y políticas que ayuden a la población local a adquirir responsabilidades con su propio país, con sus comunidades y, por último, con sus propias vidas”, expresó.
El papa Francisco reafirmó el compromiso de la Santa Sede a cooperar con la FAO apoyando el esfuerzo internacional hacia la eliminación del hambre en el mundo (objetivos 1 y 2 de la Agenda 2030).
Además, aprovechó para felicitar al nuevo Director General de la FAO, Qu Dongyu, de China y su agradecimiento, de manera particular, al profesor José Graziano da Silva, que dentro de pocas semanas terminará su servicio al frente de esta Organización.
Apenas ayer, en la ultima audiencia general del mes de junio y con la suspensión hasta agosto debido al verano, el Papa destacó que en el corazón y el alma del cristiano no hay espacio para el egoísmo e intereses mezquinos.