Las madres de las dos niñas de su habitación no querían que sus hijas tuvieran una compañera de estas características
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Insólito pero real. Inés es una niña que lleva una vida casi estándard en cuanto a capacidad verbal y comunicativa, aunque necesita un poco más de tiempo para entender las cosas y eso hace que a veces deba repetírsele el mensaje. Fuera de eso, es una chiquilla que canta, ríe y habla como los demás. Va a un colegio en Madrid adonde acuden otros niños con necesidades educativas especiales.
Como otros años, su madre, Carolina González, la inscribía en unos campamentos de verano. Esta vez lo hizo con la empresa Diverbo. Pero cuál sería su sorpresa cuando la primera noche (el pasado viernes 28), a eso de las 23.00 horas, la monitora la llamó para comunicarle que había problemas.
Carolina González explicó a la Cadena Ser que había informado a la organización del campamento acerca de cómo es Inés, que ahora tiene 11 años. La empresa declaró que no había ningún inconveniente.
Sin embargo, las dos niñas que le tocaron como compañeras de habitación no estaban dispuestas a convivir con ella a causa de esas necesidades especiales.
Los padres apoyaron la queja de las niñas
Las niñas llamaron a sus padres y estos se quejaron inmediatamente a la organización. Carolina González ha relatado los hechos: “Decían que sus hijas están en un colegio de integración, que durante todo el año tienen que convivir con niños de necesidades especiales y que cuando llega el verano se merecen disfrutar del campamento sin tener que estar con estos niños”.
Como consecuencia, se produjo un rifirrafe entre madre y monitora, ya que esta propuso sacar a Inés de la habitación y no llevarla a otra con niñas porque, según ella, generaría el mismo problema con otros padres. La solución que veía factible era que la niña durmiera con una monitora. Pero la madre de Inés explicó que su hija quería dormir como todas las demás niñas del campamento.
La monitora comenzó entonces, según el relato de la madre de Inés, a hacer comentarios del tipo “la niña tiene comportamientos extraños” y “no va a poder seguir las clases de inglés porque no tiene ningún nivel”.
Al día siguiente, los padres de Inés llamaron a Diverbo para preguntar cómo había ido la noche, y la respuesta de la empresa del campamento fue que debían ir a recoger a Inés porque no querían que siguiera allí.
La historia fue recogida ayer por la Cadena Ser y la ola de indignación fue inmediata. Lo mismo que otra ola de cariño hacia Inés. Incluso ha habido entidades que se han ofrecido a acoger a la niña en su campamento.
“Mi sobrina no para de llorar”
La tía de Inés, Bea González, se quejó públicamente en la cuenta de Twitter de la empresa Diverbo: “Tengo una historia extraordinaria de lo que @diverbo le ha hecho este finde a mi sobrina Inés. Qué falta de humanidad y qué pocos valores por la integración. Mi sobrina no para de llorar porque piensa que es culpa suya por no ser igual que los demás niños”, junto con el enlace a la noticia de la radio.
Respuesta general de apoyo
Ante una situación tan vergonzosa, es reconfortante ver la respuesta general de solidaridad y de apoyo hacia Inés y su familia. En menos de 24 horas, la cuenta de Twitter de la cadena de radio ha recibido cerca de 200 mensajes. Y no faltan las entidades que se prestan a acoger a Inés.
Por ejemplo, King’s College School, la asociación Juvenil Carabela de Huelva y el director del campamento El Colladito, en la Sierra de Guadarrama, ofrecieron sus actividades para Inés: “Durante el año trabajamos con coles con necesidades especiales e intentamos que ningún niño tenga el problema que tenga no se pierda un viaje o un campamento. Nos ha parecido adecuado ofrecerlo”, dijo este último.
Inés cariño te vendrá bien no estar en ese campamento rodeada de gente con más necesidades que tú bonita, a ellas les falta corazón y para eso no hay ayuda. Pero vamos, vaya vergüenza de campamento, antes de echar a esta chica tendrían que haber echado a las otras y a sus mamás.
— Ro🎧🧡💛 (@Rociosalguerox) July 1, 2019