Flechazos, amores de verano y amores locos: el verano se presta a las aventuras sentimentales. Pero, ¿tienen sentido estas historias? ¿Ayudan a crecer? Carta a un amigo adolescente antes de las vacaciones de verano
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Ocurre de casualidad cuando hace buen tiempo. Sobre todo durante las vacaciones. Un rostro, una mirada, una silueta, un perfume y, finalmente, una persona de la que te enamoras. Sientes que tu corazón late a mil por hora y eres feliz cuando esa persona está cerca. Posiblemente te encanta que os cojáis de la mano y a veces deseas que ese momento dure para siempre.
Sin embargo, en el fondo, cuando te paras a reflexionar, sabes que esa conexión terminará muy pronto porque todavía eres muy joven. Sin duda terminará cuando vuelvas a casa tras las vacaciones. Y a veces sufriendo si estabas realmente enamorado. Te entran dudas: no van a ser los mensajes de texto, de WhatsApp y de Instagram durante semanas e incluso meses los que salven esta historia. Volverás a la rutina con la herida que ha provocado este amor de verano. ¿Es posible librarse?
Una cuestión de sol y hormonas
No es casualidad que los encuentros se multipliquen durante las vacaciones: durante este periodo concebido para descansar y recargar las pilas, las condiciones de vida son ideales. Ya no hay apenas restricciones de horario, deberes que hacer ni clases de música que atender.
Las vacaciones son un periodo intermedio atemporal, sin pasado ni futuro: vives en el día a día de una forma descansada. Olvidas las preocupaciones menores de la vida cotidiana y sientes una agradable sensación de libertad. El sol, el deporte y el sueño ayudan y, si se te han ido de las manos los mensajes nocturnos y te has acostado tarde, no hace falta que te levantes temprano, no tendrás ojeras ni el rostro pálido. ¡Respiras salud!
¿Te sorprende que se fijen más en ti? Tú también tienes más tiempo para fijarte en los demás. Y no solo en los ojos. El sol tiene mucho que ver: el termómetro sube y los cuerpos se descubren. La comunidad científica ha podido medir que ver una piel bronceada, un hombro o una nuca que normalmente se encuentran cubiertos hace reaccionar ciertas zonas del cerebro. Ya seas hombre o mujer, esto nos agita las hormonas.
Por otro lado, los expertos también han podido observar hasta qué punto los rayos de luz nos activan. Su intensidad y el aumento de la cantidad de horas diarias que pasamos expuestos a ellos hacen que nuestro cuerpo produzca un mayor número de hormonas. Al estimularnos, nuestro estado de ánimo mejora, ya que estas sustancias químicas que fabrica nuestro cuerpo frenan la producción de melatonina, que es la hormona que secretamos cuando es de noche y hay que dormir.
Por último, cuando hay sol hace calor, y cuando hace calor se produce la sudoración. En el sudor se concentran las feromonas, unas sustancias discretas que hacen que nos sintamos atraídos entre nosotros, como se aprende en clase de Ciencias Naturales con las mariposas.
Recuerda que eres libre
Con todas estas circunstancias, ¿es posible librarse de las flechas de Cupido? Sí, porque eres un ser libre. Sin duda, debes hacer un esfuerzo por librarte de estas flechas que pueden hacerte sufrir de verdad si nos empujan a vivir a una edad demasiado temprana otra cosa que no sea una bonita amistad entre dos personas. Desde luego, tus amistades no se hacen tantas preguntas y se echan rápidamente a los brazos de otro. Y tú, ¿qué quieres? ¿Quieres ser como ellos para que no te molesten? ¿Vivir por ti mismo el placer (y el reconocimiento social) de tener un noviazgo de verano? “¡Pero no pasa nada por salir con una chica!”. Completamente de acuerdo. No es ningún drama.
Pero hay que tener en cuenta que hoy en día no siempre sabemos lo que pasa por la cabeza de una persona. Sobre todo si se trata de un desconocido en un sitio de vacaciones. Muchos no esperan lo necesario entre un beso robado y un beso más intenso impulsados por los vídeos pornográficos que han visto durante el año a escondidas. Este es uno de los motivos por los que existe un desfase en las relaciones entre chicos y chicas, que además les molesta a ellas.
La guinda del pastel: estas mismas chicas, vestidas de una manera atractiva con un buen escote y unos pantalones cortos y ajustados “porque está de moda” no siempre comprenden a esos chicos que parece que solo piensan en lo mismo.
Sí, estar enamorado es un sentimiento agradable. Pero también doloroso. Aquellos que han recibido varias calabazas antes de encontrar la felicidad opinan que estos amores de verano no deben tomarse a la ligera. Cambiar de novio como de camisa es una mala costumbre para la vida adulta. Ir de flor en flor no es el mejor ejercicio para la fidelidad una vez estemos casados o comprometidos con una vida religiosa. “Entonces, ¿qué hacemos?” ¿Existe alguna alternativa entre la barra libre y el cinturón de castidad? ¿Entre una persona fácil de acceder y otra más difícil? ¿Entre el ligón y el cura?
Sí, sobre todo cuando somos tan jóvenes. Es normal y deseable que los adolescentes pasen tiempo con gente de su edad. Pero para salir del callejón sin salida de los amores de verano, existe la vía, aunque a veces dura, de la amistad simple y sincera. Para tomar esta vía durante las semanas de vacaciones, hay que ser precavido y no buscar relaciones exclusivas con las personas del sexo que te atraiga, porque pueden acabar en un malentendido o una confrontación.
Durante esta temporada de vacaciones, ¿por qué no te integras en un grupo de amigos o de primos con los que hablar, cantar, bailar y reír? En este tipo de situaciones puedes aprender a conocer mejor a las personas, las diferencias y las expectativas de cada uno. Completar lo que ya sabes por tu familia o el instituto. Además, de esta forma tejerás relaciones de amistad más estables, profundas y verdaderas.
Puedes ver a continuación testimonios de matrimonios que han mantenido una relación duradera y fecunda:
Cyril Lepeigneux.
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