Rara vez consideramos la migración “de vuelta”: de Estados Unidos a México
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El asunto no es menor. La publicidad y los medios siempre hemos atendido la problemática de los menores que llegan desde Centroamérica o desde México a vivir a Estados Unidos. Rara vez consideramos la migración “de vuelta”: de Estados Unidos a México.
Y el asunto no es menor pues, como muestra un reciente reportaje de Bryan Keogh, Editor de Economía y Negocios del portal The Conversation, hay medio millón de menores que habiendo nacido en Estados Unidos y siendo ciudadanos estadounidenses, ahora viven en México.
Los dos factores principales
En México hay, aproximadamente, 900.000 residentes que nacieron en el extranjero, algunos centroamericanos, pero la mayoría nació en Estados Unidos y es menor a los 18 años de edad.
“De hecho, entre 2000 y 2015, la población de menores estadounidenses que viven en México se duplicó con creces. Para el año 2015, casi medio millón de menores nacidos en Estados Unidos vivían al sur de la frontera”, explica Keogh en su reportaje.
Dos han sido los impulsores, desde el año 2000 hasta 2015 de la migración estadounidense hacia México: la gran depresión de 2008 y las leyes migratorias impuestas durante las administraciones de George W. Bush y Barack Obama.
Niños sin padres
Obviamente, indica Keogh, la gran mayoría de las niñas y niños que migraron a México desde Estados Unidos son hijos de padres mexicanos. Pero hay un gran problema: “En 2015, más de un tercio de los menores nacidos en Estados Unidos vivían en México sin uno o ambos padres”.
Según el análisis que presenta el editor de Economía y Negocios de The Conversation, la ausencia del padres es especialmente común. Casi un tercio vivía sin su padre, mientras que diez por ciento vivía sin su madre.
Siete de cada diez menores nacidos en Estados Unidos que no viven con sus padres viven con un abuelo. En comparación, solo la mitad de los menores nacidos en México no viven con sus padres.
Conservan vínculos
Por lo demás, el análisis muestra que el grupo más grande de menores nacidos en Estados Unidos que viven en México no se encuentran en estados “expulsores” del centro y el sur del país, sino a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, especialmente Baja California y Chihuahua, donde se encuentran ciudades como Tijuana y Ciudad Juárez.
“Esto sugiere que, aunque estos menores ahora viven en México, mantienen algunos vínculos con los Estados Unidos. Por ejemplo, algunos padres viven a lo largo de la frontera para que sus hijos viajen de México a la escuela en Estados Unidos”, dice Keogh.
Sin embargo, esta migración “silenciosa”, que no aparece en titulares ni se toma en cuenta entre las autoridades de ambos países presenta un grave problema a futuro, no solo para los menores, sino también para sus familias y para las comunidades en las que se asientan.
Futuro incierto
Quizá los dos principales problemas que enfrentan menores estadounidenses que viven ahora en México sean que 53 por ciento (en 2010) no tienen ciudadanía mexicana y la mayoría de ellos habla apenas el español.
En otras palabras, tienen la posibilidad de integración legal, pero aún enfrentan barreras para la integración social y económica en México.
“No sabemos qué depara el futuro para este gran grupo de jóvenes ciudadanos estadounidenses con raíces profundas en ambos países. La respuesta, sin duda, se desarrollará en ambos lados de la frontera”, termina diciendo Keogh.