Recorre una distancia imposible a pie, desde Colombia hasta La Grita en el Táchira
Viste de Nazareno, va descalzo y carga a sus espaldas una pesada cruz en la cual está pintada el tricolor nacional y un gigante grito de auxilio en las letras: SOS. Su nombre es Jesús Paucar. Partió desde el corazón de Colombia, el principal destino de los migrantes venezolanos.
Esta semana, el venezolano comenzó desde la capital colombiana la peregrinación más larga en toda una década. Este joven tachirense camina desde el vecino país hasta el Santo Cristo del Rostro Sereno en la Atenas del Táchira.
Este andino de fe tiene motivos acuciantes. Las cosas que están pasando en Venezuela son de un alucinante morbo. La maldad de quienes mandan en el país ha hecho la atmósfera tan pesada que se puede cortar con un cuchillo. El sufrimiento del pueblo parece ser el combustible de un gobierno que ha hecho de la cultura de la muerte su emblema y su bitácora.
[#VIDEO] Jesús Paucar: El venezolano que camina descalzo por su país con una cruz de 35 kg a cuestas https://t.co/Yv2200IFpi pic.twitter.com/3qRbjgIk0x
— NTN24 Venezuela (@NTN24ve) July 9, 2019
En las últimas horas, el capitán Acosta Arévalo, asesinado a base de torturas en los calabozos de la policía política venezolana, fue enterrado sin autorización ni familiares. Para trasladar el cuerpo, la dictadura utilizó una caravana con funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana que cercaron todos los accesos al cementerio.
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“Hoy 10 de julio, yo, esposa del capitán de corbeta Rafael Acosta, denuncio el procedimiento ilegal que está haciendo la morgue de Bello Monte, donde van a hacer entrega controlada del cuerpo de mi esposo, así como hicieron con Óscar Pérez“; no solicitó “ningún servicio fúnebre”, tal cual lo dejó saber Waleswka Pérez, viuda del capitán.
Han pasado 12 días y la familia nunca pudo reconocer el cuerpo del capitán.
El abogado Alonso Medina Roa, uno de los defensores del oficial asesinado, denunció la intención del Estado venezolano de realizar un “entierro controlado”, como ocurrió con el caso de Óscar Pérez, el famoso piloto de helicóptero ejecutado espectacular e inexplicablemente con un misil cuando había anunciado su rendición y entrega. El pasado 21 de enero de 2018 la dictadura, igualmente, realizó un entierro controlado al capitán del Cicpc, Óscar Pérez, quien fue ejecutado por fuerzas armadas leales a la dictadura chavista.
En Siria, país en guerra, Cáritas Diocesana de Toledo –España- ha logrado introducir contenedores de ayuda humanitaria por tres años consecutivos. Acaba de enviar el tercer contenedor a Siria, con zapatos, ropa, medicinas, material escolar , juguetes , pañales y otros. El último contenedor de ayuda humanitaria, con casi 7.000 kilos, partió para Siria el pasado viernes, 5 de julio.
Para Maduro y su gente, la ayuda humanitaria está vedada, no se permite su entrada a menos que sea entregada directamente al gobierno lo que implica, sin la menor duda, que sólo llegará a los leales al régimen. Recientemente, La Cruz Roja venezolana, cuyo proceder ha sido muy cuestionado, ha traído al país ayuda que entrega exclusivamente -y así lo ha hecho saber al público- bajo la tutela del gobierno y ha sido indignante para la población constatar cómo esos productos se encuentran en ventas callejeras para beneficio de los llamados “bachaqueros”, buhoneros oficialistas que engrosan las filas de la economía informal.
Estos dos ejemplos de hechos que están sucediendo en Venezuela reflejan la desidia, la crueldad y la absoluta inhumanidad con el que el régimen está manejando los métodos de sujeción y desmoralización aplicados a todo lo que huela a disidencia. Son un retrato nítido de la perversidad hecha gobierno.
Pero los venezolanos hemos ido asumiendo una prédica cristiana de larga data: ahogar el mal en abundancia de bien.
En otras ocasiones les hemos comentado que el venezolano está rezando más que nunca. Y es que la oración es el madero del cual se encuentra aferrada el alma criolla. Para muestra, hay un botón tan hermoso como heroico: la agotadora caminata de Jesús Paucar, con su cruz de 35 kilos a cuestas. “Avanza orando por Venezuela”, informó el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Mario Moronta, quien invita a acompañarle “con nuestra oración para que el Señor le guarde en su peregrinar hasta los brazos abiertos de Cristo”.
Mientras aumenta la crisis humanitaria compleja de nuestra nación, crece el número de venezolanos que abandonan el país en busca de un mejor futuro. De acuerdo con el Acnur, hasta junio de 2019, más de 4 millones de venezolanos emigraron de nuestras tierras.
Colombia es el principal puente hacia otros destinos y se ubica además como el primer receptor del fenómeno migratorio. Las cifras más recientes superan los 1,3 millones de migrantes criollos en la tierra del café.
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