Los sismógrafos colapsaron el 29 de julio de 1967 cuando Caracas fue sacudida por un devastador terremoto, para muchos recordado como “el día en que el cielo y la tierra se tiñeron de rojo”
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Caracas es una ciudad muy sísmica. El 29 de julio de 1967 los resortes telúricos de la ciudad se activaron. El ruido infernal que brotaba de las entrañas de la tierra heló la sangre. Los edificios ubicados en el corredor sísmico, desde la falda del Ávila hasta el litoral central, se mecían como palmeras al viento. Parecían de papel y varios se derrumbaron como castillos de naipes. ¿La magnitud? 6.7 grados en la escala de Ritchter . Hora: 8:05 de la noche El resultado: 236 y más de 2.000 heridos.
Otros países se encuentran mejor preparados para enfrentar estas contingencias. Tiembla más seguido y eso hace que las placas geológicas se ajusten. En Caracas el evento ocurre, de acuerdo a los expertos, cada 50 o sesenta años y la furia de la tierra parece que se desata con todo su vigor. Si bien hay movimientos frecuentes que son imperceptibles, cuando llega el mayor la cosa se pone, como decimos en criollo, color de hormiga.
Era de noche, un día sábado. La ciudad, en aquél entonces, era tranquila, despreocupada, próspera y alegre. La gente se preparaba para salir a fiestas, bodas o restaurantes. Otros estaban en la playa, cercana a la capital disfrutando de un soleado fin de semana.
Muy pocos se percataron de los eventos que preceden a hechos tan pavorosos como el rojo intenso del cielo, el calor inusual, el cambio en la intensidad de las mareas o la inquietud de perros y aves.
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Experiencia pavorosa
De repente, todo se precipitó. Fue una experiencia devastadora. El ruido que salía de la tierra era como si un gigante arrastrara pesadas bolas de concreto por las calles. Pero venía de abajo, de lo profundo, de las entrañas del suelo. Los pisos y paredes de las casas se estremecían con movimientos ondulantes. Las gente, aterrada, salió a las aceras o se colocó bajo los dinteles de las puertas, tal y como es recomendado en estos casos.
Por accidente, el sonido del terremoto fue grabado en los estudios Sonomatrix, ubicados en Antímano, al oeste de Caracas. En ese momento se trabajaba en el playback de una canción de navidad interpretada por un coro infantil. Al huir los técnicos del estudio, dejaron los micrófonos abiertos, grabando el sonido del temblor.
Unos 55 segundos duró el sismo que registró su epicentro entre Arrecifes y Naiguatá, al litoral; pero ha sido imposible precisar con exactitud la magnitud ya que la intensidad hizo que los equipos de medición del Observatorio Cagijal se rompieran.
En las edificaciones demolidas por el terremoto aún dos días después del siniestro seguían apareciendo cadáveres.
En el edificio Mijagual -zona de Altamira al este de la ciudad- se celebraba una recepción esa noche. Ninguno de los asistentes sobrevivió; sin embargo, tres personajes que salieron tarde de sus casas y que eran invitados vivieron para contarlo. De hecho, uno de ellos gobernaría a Venezuela años más tarde. Ellos fueron Luis Herrera Campins, su esposa y Gonzalo Barrios, veterano dirigente del partido Acción Democrática.
Hasta el día 31 de julio, se habían contabilizado unas 167 víctimas fatales en Caracas y en el Litoral Central, sin embargo la cifra definitiva de fallecidos fue 236 además de 2.000 heridos y pérdidas materiales cuantificadas en 450.000.000 bolívares, más de 10 millones de dólares estadounidenses.-
En Caracas, varios edificios colapsaron, pero la mayor destrucción fue en La Guaira, estado Vargas en el Litoral Central.
El misterio de la cruz de la catedral
Durante el temblor, la cruz que coronaba la cúpula de la Catedral de Caracas se desprendió, cayendo sobre el pavimento y quedando su figura perfectamente marcada en el concreto de la calle. Se dice que en ese momento, dejó de temblar.
Durante algunos meses, la marca de la cruz en el pavimento fue venerada por los habitantes de la ciudad, hasta que fue retirada misteriosamente por la gobernación sin dar explicación de su paradero. Sin embargo, el bloque de cemento fue preservado, y el mismo puede verse en la capilla del Santo Cristo de la misericordia de las hermanas catequistas de Lourdes, en la calle 18 del Valle, zona muy populosa ubicada al suroeste de Caracas.
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Todos los escombros del terremoto fueron llevados a la Base Aérea de la Carlota para su revisión. Durante 6 meses, los conductores que circulaban por la autopista podían ver ese triste espectáculo.
Por primera vez en la televisión venezolana, se hace una transmisión por 24 horas de forma ininterrumpida. Todo el material se transmite sin edición (algo inaudito en estos días).
Debido a esta tragedia se establecieron nuevos controles y reglamentaciones sobre la construcción de edificios, estándares que se aplican -o deben aplicarse- hoy en día.
Los expertos alertan acerca de que estaríamos ubicados en la banda de tiempo en que debía replicarse un gran sismo. Sería lo que nos faltaría para completar las penas y males. Rogamos porque, en todo caso, nos sea leve…
https://youtu.be/Jlq7QmQ5i-A
Los sismos en la historia de Caracas
Según la historia sísmica, Caracas ha sido remecida por movimientos telúricos desde 1641 cuando se registró un terremoto grado 7. En 1766 fue de 7.7. En 1812 el movimiento superó los 8 grados y destruyó gran parte de la ciudad, que entonces tenía una población de 50 mil habitantes, en ese hecho, 10 mil personas murieron con el impacto.
En 1878 se originó otro en escala de 6.1. En 1900 un movimiento de grado 8, provocó la muerte de 140 personas, registrándose 250 pequeños temblores adicionales en los siguientes tres años.