La pianista Gabriela Montero debutó este martes en una de las salas de conciertos más emblemáticas de Estados Unidos, donde interpretó el Himno Nacional y el Alma Llanera, mientras portaba el tricolor de su país “con siete estrellas”
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El himno de Venezuela se escuchó este martes en el Carnegie Hall de New York, gracias a la majestuosa interpretación de la pianista Gabriela Montero, quien marcó un hito al convertirse en la primera dama que se presenta en la icónica sala de Manhattan en más de medio siglo.
La artista criolla recordó a través de su cuenta en Twitter que “la última vez que una mujer tocó su propio concierto en el Carnegie Hall fue en 1960. ¿Quién? La rusa Dora Perelman”.
Le acompañó la orquesta del programa NYO2, integrada por 80 músicos de entre 14 y 17 años de edad, provenientes de 24 estados y Puerto Rico. Una iniciativa del Instituto de Música Weill del Carnegie Hall para estudiantes talentosos de comunidades que tradicionalmente se encuentran marginadas en el campo de la música clásica.
La sala de conciertos diseñada por el arquitecto William Tuthill está inscrita como un Hito Histórico Nacional en el Registro Nacional de Lugares Históricos desde el 15 de octubre de 1966.
En ella, la venezolana tocó su propia pieza: el Concierto para piano N° 1 (Latino), el cual fue estrenado en Leipzig, Alemania, en el año 2016. La venezolana también hizo un especial homenaje a su país…
Hizo vibrar con el “Alma Llanera”
Y es que la caraqueña radicada en España obtuvo una ovación cuando sorprendió ejecutando su versión del “Alma Llanera” mientras la bandera venezolana estaba sobre el cuerpo del piano, acompañada por el clarinetista de jazz cubano Paquito D’Rivera.
“Quiero decir lo emocionada que estoy de representar a estas siete estrellas y esta bandera tricolor, y hablando por todos los venezolanos buenos que existen en el mundo”, dijo horas antes de la presentación.
“Hola, Venezuela. Quiero simplemente decir lo emocionada que estoy de estar representando las siete estrellas de esta bandera tricolor y hablando por todos los venezolanos buenos que existen por el mundo”, expresó.
“El himno más bello del mundo llena los espacios y vuela con su hermosa melodía en el Carnegie Hall de New York”, agregó antes de tocar las notas nacionales venezolanas.
Además interpretó el ballet The Three-Cornered Hat de Manuel de Falla y Pétrouchka de Ígor Stravinsky, en un espectáculo de dos horas, con 20 minutos de intermedio.
México y Venezuela
Lo hizo bajo la dirección del mexicano Carlos Miguel Prieto. Otro gigante de Latinoamérica. Graduado por las Universidades de Princeton y Harvard, desde 2002 colabora con el también venezolano Gustavo Dudamel al frente de la Orquesta Juvenil de las Américas (YOA).
Profundo defensor de la educación musical, el mexicano fue el Director principal de la YOA desde su creación hasta el 2011, cuando fue nombrado Director musical. A principios de 2010 la dirigió con Valery Gergiev coincidiendo con la celebración del 40º aniversario del Foro Económico Mundial, en la Carnegie Hall.
Es hoy día uno de los más respetados directores, como la confirma la elevada demanda por muchas de las principales orquestas norteamericanas, entre las cuales figuran las sinfónicas de Cleveland, Dallas, Toronto, Houston y Chicago.
Dirigida a los 8 años por el maestro Abreu
Gabriela, por su parte, nació en Caracas en 1970. Con una particular pasión por la música, mostró virtuosidad desde los 3 años de edad ejecutando piezas en el piano. Contando tan sólo 8 años realizó su primer concierto con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, dirigida entonces por el maestro de maestros, José Antonio Abreu.
La artista ganó el premio Grammy en 2015 y había sido previamente nominada al galardón por su disco Baroque. Esa noche hubo especial reconocimiento al talento venezolano, pues coincidió con la distinción al cantautor Chelique Sarabia.
En enero de 2009 participó en la inauguración presidencial de Barack Obama, interpretando junto al violinista Itzhak Perlman, el violonchelista Yo-Yo Ma y el clarinetista Anthony McGill la obra Air and Simple Gifts, una composición del músico John Williams.
En 2018 se convirtió en la primera venezolana en recibir el Premio Beethoven de Derechos Humanos, una distinción otorgada por la Beethoven Academy en Bonn, en reconocimiento a su particular activismo social y político.
Y es que para nadie es secreto su férrea defensa de la democracia en Venezuela, donde sus declaraciones públicas y trascendentes la han puesto en la mira por su posición contra las actuaciones del gobierno de Nicolás Maduro.
“Si algo es tan importante para ti, si ves tanto sufrimiento humano, si te toca tan de cerca, hace que te vuelvas una guerrera. Te hace levantarte y decir: ¡eso no está bien!”, ha señalado la pianista al respecto.
Defensora de una Venezuela libre
Madre de dos hijas y con 48 años de edad, Gabriela Montero es una de las pianistas más exitosas de su generación. Ampliamente conocida como solista de conciertos clásicos, se ha hecho famosa también por sus geniales improvisaciones.
No obstante, se reconoce igualmente como activista y crítica de los abusos en su Venezuela natal, razón por la que fue nombrada Cónsul Honoraria de Amnistía Internacional.
A quienes la critican por sus declaraciones y le exigen limitarse a actuar como músico, les responde: “De ninguna manera. Yo soy un ser humano. Y de lo que estoy hablando es de asuntos humanos y, por lo tanto, son importantes para mí. Deben ser importantes para todos”.
Al ganar el reconocimiento, la venezolana dijo estar “muy agradecida por este prestigioso premio, aunque solo sea porque ofrecerá una oportunidad más para dar voz a los millones de venezolanos que sufren las más graves consecuencias imaginables a manos del Gobierno”.
“No elegí esta lucha y nunca la quise, como millones de venezolanos no eligieron ser desplazados, asesinados, encarcelados arbitrariamente, tener hambre, ser privados de medicamentos, empobrecidos, subyugados y deshumanizados”, agregó en esa ocasión.
En la actualidad, colabora frecuentemente con la pianista argentina Martha Argerich y el cellista francés, Gautier Capuçon. Su agenda de conciertos la lleva a distintas salas y se presenta como solista con las grandes orquestas del mundo. Sus discos con el sello EMI han ganado galardones como el Echo Preis, en Alemania.
Sus mensajes siempre van dedicados a los venezolanos. La razón también la explica: “Son ustedes quienes me inspiran, me motivan y me dan la fuerza de seguir gritando a todo pulmón el horror que se vive en Venezuela. ¡EL SILENCIO NO ES UNA OPCION! Un abrazo a todos”.
