El Pontífice recuerda a la copatrona de Europa, que murió un nueve de agosto de 1942 en las cámaras de gas de Auschwitz.
Hoy, día de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), queremos recordar las palabras del Papa Francisco sobre las virtudes de esta mujer, judía, filósofa, escritora, profesora, enfermera, conversa al catolicismo, carmelita, mártir, santa y copatrona de Europa, que murió un nueve de agosto de 1942 en las cámaras de gas de Auschwitz.
En la audiencia general del pasado 7 de agosto, el Papa invito a todos a mirar a Edith Stein y sus “valientes elecciones, expresadas en una auténtica conversión a Cristo, así como en el don de su vida contra todas las formas de intolerancia y perversión ideológica”.
De esta manera, Francisco rindió homenaje a la figura de Edith Stein, mística alemana, nacida en Breslau, Polonia (entonces Alemania), el 12 de octubre de 1891 de una familia judía, que se convirtió al catolicismo después de pasar por un período de ateísmo; bautizada a los 30 años, ella entró en el monasterio carmelita de Colonia en 1934, con el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz, e igualmente siguió siendo víctima de la persecución nazi, transferida para ser protegida en el convento carmelita de Echt en los Países Bajos, no escapó de la orden de arresto emitida por Hitler en julio de 1942 de todos los judíos convertidos, hasta ahora salvados.
Stein fue conducida, como otros judíos convertidos, en el campo de Westerbork y luego en el campo de exterminio de Auschwitz, donde murió en las cámaras de gas el 9 de agosto de 1942, junto con su hermana Rosa, también convertida a Terciaria Carmelita Descalza.
Precisamente, el Papa confirma en una entrevista su desasosiego por el soberanismo y la “actitud de aislamiento”. “Estoy preocupado porque escuchamos discursos que se parecen a los de Hitler en 1934. ‘Primero nosotros. Nosotros … nosotros … ‘: estos son pensamientos aterradores”, dijo a Domenico Agasso JR del diario La Stampa.
En un momento en el que Europa sufre una crisis institucional es pertinente volver a recordar las palabras de Juan Pablo II al declarar a Edith Stein copatrona de Europa en 1999, y que Benedicto XVI nombró patrona de la Jornada Mundial de la Juventud en 2005.
“Para edificar la nueva Europa sobre bases sólidas, no basta ciertamente apoyarse en los meros intereses económicos, que si unas veces aglutinan, otras dividen, sino que es necesario hacer hincapié más bien sobre los valores auténticos, que tienen su fundamento en la ley moral universal, inscrita en el corazón de cada hombre.
Una Europa que confundiera el valor de la tolerancia y del respeto universal con el indiferentismo ético y el escepticismo sobre los valores irrenunciables, se embarcaría en una de las más arriesgadas aventuras y, más tarde o más temprano, vería retornar bajo nuevas formas los espectros más temibles de su historia”.
Juan Pablo II la beatificó el 1 de mayo de 1987, y la canonizó el 11 de octubre de 1998. En este contexto, papa Wojtyla la recordó así: “Santa Teresa Benedicta de la Cruz nos dice a todos: No aceptéis como verdad nada que carezca de amor. Y no aceptéis como amor nada que carezca de verdad. El uno sin la otra se convierte en una mentira destructora”. El 12 de julio de 1999 la declaró copatrona de Europa.