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¿Te haces “gaslight” a ti mismo? Aquí tienes cómo parar

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Anna O'Neil - publicado el 19/08/19
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Tienes que dejar de manipularte o de dudar de tus propias experiencias

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El concepto hacer luz de gas o gaslight está llegando a la literatura clínica, y gracias a Dios. Se refiere a cuando alguien, intencionalmente o no, te hace dudar de tu propia experiencia del mundo. Es una táctica común de los abusadores y narcisistas, evitar que los dejes, pelees o les cuentes a otras personas sobre el abuso. Dicen: “¡Estás exagerando! No es tan malo”, “Yo no soy el loco, lo eres tú”, “Lo estás recordando todo mal”, etc. Finalmente, comienzas a creer que los problemas que tienes son culpa tuya, no de ellos. Dejas de confiar en tus propios ojos y oídos.

¿Pero sabías que también puedes hacerte gaslight a ti mismo? Yo hago esto con bastante frecuencia, y hasta que pregunté, realmente pensé que era la única que tenía este problema. Aquí hay un ejemplo típico:

Había tenido fiebre baja durante unos días, me sentía con todo el cuerpo dolorido y deprimida, cuando finalmente llamé al médico. Sí, dijo, tenía una infección, pero estaba en sus primeras etapas. Llevé a casa una semana de antibióticos para eliminarla.

Al día siguiente, me sentía mejor y estaba segura de haber estado inventando todo. Hago esto con la frecuencia suficiente para saber exactamente qué sucedió: tomé dos dosis del medicamento, y fueron suficiente para que pararan mis síntomas y empezara a sentirme bien. Como me sentía bien, reescribí la narrativa de lo que acababa de suceder. Comencé a suponer que realmente no había estado enferma, y que probablemente solo estaba exagerando, tal vez inventando los síntomas para llamar la atención.

Les conté la historia a mis amigos y les pregunté: “¿Soy la única que hace esto?” (Crucé los dedos para decir que no era la única, porque eso sería vergonzoso). Pero un montón de personas estaban familiarizados con este patrón de pensamiento.

No es solo que otras personas duden de nuestro sufrimiento, resulta que muchos de nosotros nos hacemos gaslight. Nos decimos que nuestras percepciones del mundo simplemente no son ciertas, incluso cuando la experiencia que tuvimos fue hace solo unos minutos.

¿Qué está pasando con esta actitud?

Bueno, creo que nadie nunca tergiversa una buena experiencia. Nadie se despierta sintiéndose descansado y feliz, y murmura sombríamente: “Realmente no me siento tan bien. Solo me lo estoy inventando”. Así que sospecho que la raíz de este tipo de auto-gaslight tiene que ver con los juicios que nos transmitimos, la diferencia entre lo que sucedió y lo que creemos que debería haber sucedido.

“¡Deja de preocuparte por ti mismo!”. Es una broma puntual que hacen muchos psicólogos, una forma amable de recordarle a su paciente que se preocupe menos por lo que debería haber sucedido y que se concentre en lo que sucedió. Deja de pensar en lo que debería ser y piensa en lo que es. Esto es mindfulness en pocas palabras. Experimentar sin juzgar tus pensamientos, tus acciones, incluso tu cuerpo. No calificarlos como “Bueno / Aprobado” o “Malo / Suspendido”. Es el acto revolucionario de simplemente, bueno, sentir lo que sentimos, punto final. (Es mucho más difícil de lo que parece).

Creo que algunos de nosotros comenzamos a hacernos gaslight a nosotros mismos cuando otras personas nos lo han hecho tantas veces que se convierte en la única forma en que realmente vemos el mundo. Las personas que han sido maltratadas a menudo tienen más dificultades para confiar en sí mismas. Pero no son solo ellas: me hago gaslight porque soy insegura y soy perfeccionista, por lo que no me gusta admitir, ni siquiera ante mí misma, que mi vida no siempre se ve como yo quiero.

Me doy cuenta de que cuanto más me concentro en vivir el presente, más libertad tengo para confiar en mis propias percepciones. Cuando no estoy tan pendiente preguntándome qué debería sentir, o qué sentiría una versión ideal de mí misma, o cómo me gustaría sentirme, me siento libre para tomar mi experiencia al pie de la letra. Es un gran alivio y está haciendo que mi vida sea mucho menos tumultuosa.

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