Los padres deben ponerse de acuerdo con los maestros para que los deberes escolares sean realmente productivos
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Con el inicio de clases llega un nuevo reto: las tareas escolares. El debate sobre si son necesarias o beneficiosas para los niños está vigente y existen muchos estudios que apoyan una u otra opción.
Pero, más allá de la posición de los centros escolares sobre las tareas ¿qué papel jugamos los padres en la realización de estas actividades? ¿qué tan involucrados debemos estar en el tiempo de tareas de nuestros hijos para ayudarlos a ser mejores?
En primer lugar, debemos vigilar que las tareas de nuestros hijos sean:
- Proporcionadas: dependiendo de la edad, los niños no deberían pasar una gran cantidad de tiempo completando sus tareas. Es importante que tengan tiempo para jugar, hacer deporte u otras actividades que complementen su educación.
- Apropiadas: deben tener relación con lo que están aprendiendo en clases y deberían tener el conocimiento suficiente para completarla por ellos mismos.
- Relevantes: las tareas cumplen con el fin de establecer hábitos de estudio y de reforzar lo aprendido en clases. Actividades irrelevantes o muy complicadas no favorecen el desarrollo académico del niño.
Si alguna de estas condiciones no se cumple es bueno entrar en comunicación con los maestros o con el centro educativo y expresar nuestras opiniones.
Es bueno que se sepa que los padres estamos allí para apoyar a nuestros hijos pero que también consideramos que las tareas escolares es algo que les corresponde a ellos como estudiantes y no a nosotros como padres.
Algunos de los consejos que nos pueden ayudar a estar lo suficientemente involucrados pueden ser:
- A la hora de hacer tareas debes estar “disponible” pero con cierta distancia: es bueno que el niño sepa que estas allí para responder dudas que pueda tener, pero sentarte al lado de él mirando insistentemente lo que escribe, genera una dependencia innecesaria.
- No borres lo que ha hecho mal: la tarea debe llegar al maestro como el niño la realizó. Puede ser tentador corregirle los errores, y alguna vez se puede hacer, tratando de explicarle al niño en qué se equivocó. Pero corregir con insistencia las tareas le impide ver al maestro si verdaderamente el niño comprendió la asignatura, y en qué debe esforzarse más.
- Hay que procurar un espacio y tiempo adecuados para hacer los deberes: una manera de ayudarlos es garantizar que cuenten con un espacio silencioso y ordenado para hacer los deberes. También que cuenten con las herramientas necesarias, así no se distraen y no pierden tiempo buscando el material que necesitan.
- No te conviertas en la alarma ni en la agenda de tus hijos: cuando son pequeños es importante recordarles su horario de estudio para crear el hábito, pero mientras van creciendo es importante que ellos tengan la capacidad de sentarse a hacer sus deberes a la hora sin que haya que recordárselos.
Hoy en día con los avances tecnológicos vemos a muchos padres que se convierten en la agenda de los hijos y preguntan a otros padres en chats o redes sociales sobre las tareas; hacer esto quita responsabilidad a los hijos sobre su deber. Si olvidaron anotar la tarea es deber de ellos llamar a algún compañero o conseguir la manera de hallar la información sin que seamos los padres los que se la busquemos.
Si sabemos dirigirlos, nuestros hijos pueden sacar mucho provecho de sus deberes escolares, sin embargo, no debemos perder de vista que lo verdaderamente importante es que a través de estas tareas se desarrollen virtudes como orden, aprovechamiento del tiempo, perseverancia, y alguna otra que los ayudarán en el futuro a ser mejores.