El padre de familia y ex profesor Bert Fulks ideó un sistema mediante el cual los adolescentes y jóvenes pueden escapar de situaciones de peligro sin perder la confianza de sus padres
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La historia se repite una y mil veces: jóvenes consumidos por adicciones y que han puesto sus vidas en peligro por no poder escapar de una situación en la que se sentían incómodos.
La presión de grupo sigue siendo real, y con las redes sociales se ha hecho quizás más fuerte, es por esto que Bert Fulks ideó un plan llamado el “Plan X” para que sus hijos y alumnos pudieran escapar de esas situaciones y no sucumbir ante la presión de grupo.
El sistema es sencillo: cuando el adolescente se vea en una situación difícil en la que se sienta incómodo, solo manda un mensaje de texto con la letra X a sus padres o hermanos mayores, en seguida recibirá una llamada en la que se le dirá que tiene que ir de inmediato a casa porque algo ha sucedido. Esto le da al adolescente una salida rápida y sin muchas explicaciones.
El plan X viene con el acuerdo de que no se emitirán juicios ni se harán preguntas (incluso si está a 10 millas de donde se supone que debe estar). Esto puede ser algo difícil para algunos padres, pero contribuirá en gran medida a generar confianza entre padres e hijos.
El “Plan X” ofrece a nuestros jóvenes un sentido de seguridad y confianza en un mundo que tiende a someterlos, y que les ofrece pocas salidas a situaciones difíciles. A la vez los padres tenemos que fomentar conversaciones en las que se fortalezca la confianza y podamos tocar temas difíciles sin miedo a represalias. Solo si entienden que estamos de su lado y no en su contra, podremos realmente ayudarlos a navegar las difíciles aguas del mundo moderno.
Algunos pueden decir que este sistema libra al joven de las consecuencias, sin embargo, debemos reconocer que, si nuestros hijos tienen miedo al castigo, es poco probable que acudan a nosotros a pedir ayuda. Verse a si mismos en una situación peligrosa y admitirlo ya es una lección valiosa. Pese a esto, cada caso es diferente y cada familia puede aplicar el plan como mejor les convenga.
Es importante destacar que la ausencia de preguntas o explicaciones en el momento no quiere decir que no podemos conversar sobre los asuntos importantes. Solo significa que esas son conversaciones que debemos estar teniendo con nuestros adolescentes todo el tiempo y no solo cuando pasa algo impactante.
No debemos esperar a que les suceda algo a nuestros hijos para hablar de temas difíciles, debemos estar prevenidos y tener un canal de comunicación abierto que les permita confiar en nosotros y hacer las preguntas adecuadas.
El “Plan X” puede salvar a nuestros hijos de alguna mala decisión, pero lo importante es que no nos quedemos ahí. Nuestros hijos tienen que sentir en todo momento que cuentan con nuestro cariño y apoyo. Que aunque se equivoquen, sus padres siempre los vamos a querer y vamos a estar allí para ayudarlos a levantarse de nuevo.
Educar en libertad puede dar mucho miedo, pero es la única manera que nuestros hijos puedan enfrentarse al mundo y crecer.