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Petare (Venezuela): Civilización y barbarie en 40 kilómetros cuadrados

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Macky Arenas - Aleteia Venezuela - publicado el 06/10/19
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El barrio más peligroso del continente es también un pozo de arte de Caracas

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“Fiesta y plomo”. Esa es la consigna en esta zona popular de la capital venezolana.  Plomo, en Venezuela, significa disparos.

Es un barrio bullicioso, Petare, el barrio más grande de Venezuela, y el segundo de América Latina. Una constante rumba de vallenato, salsa brava, cerveza y parrilla en la que las patrullas de policía solo se atreven a mirar desde la entrada. “Allí reina la violencia –se lee en una crónica periodística- Allí, cada fin de semana los muertos se suceden en un marcador rojo sin cifra oficial. En el barrio no se vive, se sobrevive, agazapados en el suelo muchas veces para escapar a las balas frías en medio de los tiroteos”. Los policías jamás circulan en número menor a cuatro.

Tan grande como Bilbao

El estado tiene 2.675.000 habitantes, según el censo de 2011. Solo Petare cuenta con una población de 372.000 habitantes, un poco más del equivalente a Bilbao o dos veces Almería. En Venezuela, es más grande que el estado Mérida. Casi un millón de habitantes concentrados en numerosos barrios donde cada fin de semana pueden morir decenas de personas y alquilar un revolver al día puede costar $60.

Hacia finales de la década de los años 40 se fueron sumando municipios como parte del desarrollo explosivo que se ha mantenido hasta hoy y que llevó al conglomerado  a convertirse en el barrio más grande de América Latina.

Petare se ha hecho tan famoso que ha arrebatado a las favelas de Río de Janeiro la triste fama de ser la zona más peligrosa del mundo.

 

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Fundación José Ángel Lamas – Facebook

De paraíso a infierno

El Petare romántico –porque lo fue- se esfumó hacia 1954. Hoy, es una de las zonas más conflictivas del continente y, sin duda, la más hacinada.

Petare, enclavado dentro del área metropolitana de Caracas, cuenta con un área de 40 kilómetros cuadrados. Los primeros colonizadores fueron canarios en su mayoría. El 17 de febrero de 1621, el capitán Pedro Gutiérrez de Lugo y el padre Gabriel de Mendoza fundaron el pueblo del Dulce Nombre de Jesús de Petare, sobre una pequeña colina bordeada por la quebrada El Oro y los ríos Caurimare y Guaire. Era un valle fértil donde proliferaron las haciendas de café, cacao, maíz y caña de azúcar.  Su casco colonial es hoy Centro Histórico, Cultural y Turístico. La Iglesia Dulce Nombre de Jesús y la Capilla Santa María Magdalena  son Monumentos Históricos Nacionales.

En la época prehispánica Petare fue asiento de la valerosa tribu de los indios Mariches al mando del cacique Tamanaco. De tierras muy fértiles, más adelante Petare se caracterizó por “exportar” sus frutas al centro de Caracas y  los productores canarios, popularmente conocidos como los “isleños” se convirtieron en los fruteros preferidos de la ciudad.

Frente al río

El nombre  «petare» tiene su origen en los vocablos «pet» y «are», ambos pertenecientes a la lengua caribe hablada por los indígenas mariches, habitantes precolombinos de la actual zona al este de Caracas. Estas dos palabras significan «cara» y «río» respectivamente, lo cual permite concluir que Petare significa «frente al río», en clara alusión a la situación geográfica del núcleo fundacional, ubicado en las orillas del río Guaire (principal cuerpo de agua del valle de Caracas) y de la quebrada Caurimare, que dio el nombre a una bella urbanización al sureste de la ciudad.

Su ubicación es privilegiada pues se alza sobre una pequeña altura al este de Caracas. Su clima es muy fresco y su templo, uno de los más antiguos de estructura colonial, guarda la preciosa y venerada imagen del Niño Jesús de Petare.

El Cachito

Petare se caracteriza por ser pionera en muchas iniciativas para Venezuela. Allí estuvo la primera fábrica de fusiles y el Hospital de Petare es uno de los más antiguos del este de Caracas.

Pero quizás su aporte más trascendente es el popular “Cachito”. Si el desayuno se hace en casa, siempre será una arepa; pero si se toma en panadería, no hay venezolano que no pida su cachito –pan de trigo relleno de jamón- caliente y oloroso cada mañana. Una especie de versión criolla del croissant francés, llamado así por sus puntas enroscadas adoptando la forma de cachos. Desde Petare, se extendió por todo el país. Hoy también lo consumen en Miami y otros lugares donde los venezolanos  han propuesto e impuesto esta delicia.

Semillero de cultura

No obstante su fama violenta, Petare es hoy una plataforma de lanzamiento de artistas de todas las disciplinas. Hay pintores, grupos musicales, escultores, poetas. Un sinfín de talentos que brotan como oasis en medio de un desierto de “fiesta y plomo”.

Es una esfera cultural que difunde lo mejor del alma petareña. Al descubrirla, uno se percata de que, más que  una barriada popular,  forma parte de nuestra historia y tiene su cara bonita.

Allí se alza el Museo de Arte Popular Bárbaro Rivas. Que se mantiene activo mostrando esa cara grata gracias a la dinámica gerencia de su competente y entusiasta directora, Carmen Sofía Leoni. Hija de Raúl Leoni, quien fuera presidente del Senado y del Congreso de la República  -1959 y 1963- y presidente de Venezuela entre los años 1964 y 1969, Carmen Sofía, con ojos expertos y gran sensibilidad,  promueve valores, descubre y selecciona artistas para ofrecer excelentes colecciones en exposiciones que se suceden continuamente.

Esa vitrina es una permanente muestra de todo el talento que este pueblo puede mostrar, procedente de su alma incontaminada que ni siquiera esta grave crisis puede esfumar.

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Fundación José Ángel Lamas – Facebook

Bárbaro Rivas: erudición anclada en la fe

El nombre del museo es un homenaje a Bárbaro Rivas, considero uno de los artistas más interesante de Venezuela del siglo XX. Su obra autodidacta no debe ser considerada ingenua, sino cargada de un gran simbolismo y una irreverencia constructiva del espacio plástico. La historiografía venezolana debe al crítico Francisco Da Antonio el descubrimiento de tan particular obra en 1949 y su puesta en circulación al incorporar varias de sus pinturas en la exposición “Siete Pintores Primitivos y Espontáneos de Petare”, en el Bar Sorpresa de esa localidad. A partir de entonces Bárbaro Rivas fue conocido como “el iluminado de Petare”.

Bárbaro Rivas nació el 4 de diciembre de 1893 en Petare, estado Miranda, de padres desconocidos, fue acogido por un humilde matrimonio que le dio principios ciudadanos y la práctica de la fe católica. Trabajó como banderero del ferrocarril de los Valles del Tuy, aunque su inestable salud lo alejó de la vida cotidiana, y sucumbió en períodos de alejamiento que dieron como resultado la exploración ingenua en la pintura, a partir de 1925.

El rosto de Bárbaro Rivas fue expresivamente plasmado por el autor en 1964, en un famoso autorretrato que da cuenta de la figura humilde que fue. Es pintor autodidacta –escribió el experto curador y crítico Luis Enrique Pérez Oramas en 1998– logró “una conexión entre intuición y erudición, la erudición de una cultura anclada en la fe y la adoración, religión, legado que transmite y transpone los elementos de la imaginería a la vez bíblicos e históricos en contenidos explícitos”. El pintor Bárbaro Rivas murió el 12 de marzo de 1967 por causas de inanición en el Hospital Domingo Lucinani de Petare. Sus restos fueron depositados en una fosa común en el cementerio municipal.

 

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Fundación José Ángel Lamas – Facebook

 

La casona donde funciona el museo, era el antiguo lugar de reuniones estratégicas para el Almirante Lino de Clemente, quien fuese representante para la Provincia de Caracas en el Congreso de 1811; además se conoce por haber sido uno de los firmantes del Acta de nuestra Independencia y de la primera Constitución de la República.  La casa Museo de Petare, se encuentra a tan solo dos cuadras de la famosa Iglesia Dulce Nombre de Jesús, entre las calles Guanchez y Clemente.

De planta cuadrada, esta casa colonial es en sí un vestigio de nuestra historia, de los primeros años de la República; y en ella, se albergan en la actualidad numerosas obras de “artistas populares” de la localidad de Petare.


MUSEO SACRO CARACAS
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