El padre Piedrabuena se preocupa por jóvenes “muertos en vida” por culpa del consumo de sustancias que los idiotizan como zombies
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El padre Federico Piedrabuena es párroco de San Pantaleón de la localidad bonaerense
de Florencio Varela (Argentina) donde hace nueve años lucha por los valores de los chicos con el objetivo de alejarlos de la droga. En una entrevista para Misión Radio María ha compartido los detalles de esta obra y su firme compromiso con la causa, ya que tiene claro que, aun conviviendo con el peligro, asegura que mientras tenga la fuerza física y la energía, “pondrá su cuerpo” para llevar un mensaje de esperanza.
“La pobreza nos afecta a todos y donde el estado no llega y la seguridad flaquea, se hacen presentes realidades que terminan muchas veces quitándole la vida a los más jóvenes. Es un camino que lleva a la muerte”. La droga que entra al barrio es de tan mala calidad, que a los dos años los idiotiza como zombies llevándolos a ser “muertos en vida”.
Para el padre lo espiritual nos habla de la realidad más profunda de los cristianos, pero ésta alcanza su plenitud con el servicio al prójimo, por lo que no se puede dar esperanza sino se ofrecen propuestas concretas. “Es difícil hablar de Dios sin un plato de comida o un abrigo”.
Por eso para su misión tiene un importante campo de acción con actividades durante el día:
- una casa en donde recibe a 300 chicos todos los días para darles alimentación, atención y apoyo escolar,
- un club de fútbol y hockey para adolescentes
- y un taller de oficios.
“Sabemos que en los lugares más pobres el deporte tiene un rol fundamental. De esa manera sacamos a los chicos de la calle y eso significa sacarlos de la droga. Un chico que está en club de fútbol o una chica que está jugando al hockey, no está en la calle”.
La droga es un enemigo fuerte que tienta: ante el mensaje de no meterse con ella, muchos chicos ven que lo que sus padres ganan en un mes siendo honestos, ellos lo pueden duplicar con la droga solo en una semana. Por eso la lucha en realidad, es una “lucha por los valores”.
Esta tarea no la hace solo. Trabaja con clubes de fútbol como Racing y su departamento de responsabilidad social para ir transformando el barrio. También hay empresas que se acercan con propuestas laborales y gente de la misma comunidad que colabora con las tareas.
El padre asegura que hay mucha gente de buena voluntad que a pesar de las graves dificultades se mantiene con firme convicción. “Siento que ha sido un camino de todos. Hay personas que tienen un corazón gigante con ganas de seguir adelante. Me impresiona siempre la fuerza y la capacidad de la gente que tiene mucha fe”.