Pablo España anduvo años huyendo de sí mismo. Se divertía y aparentaba que era feliz, hasta que un día decidió romper su máscara. Hoy se define como un seeker, un buscador. Pablo es un joven inquieto al que la vida sonreía (aparentemente). Amigos, vida social, viajes, fines de semana trepidantes…
“Fui creando un personaje”
Pero todo aquello no le llenaba. “Fui creando un personaje”, explica ahora, “por miedo e inseguridad“. Se hizo “un caparazón” que aparecía en las redes sociales como un chico con muchos amigos, siempre en actividad.
“Somos 5 hermanos, fui al colegio Retamar de Madrid, todo iba bien”. Suspendió la Selectividad, pero estudió Marketing y Gestión Comercial en el ESIC. Aquella carrera le permitió desarrollar su creatividad, su facilidad para hablar en público y su capacidad de empatizar con la gente.
Pablo optó por “no estar en casa y volcarme en la profesión. Así comencé a buscar y depender de la popularidad“, explica.
Pero llegó un momento en que Pablo se cansó: “Estaba harto de fingir”.
Tras esa buena posición social y ese éxito aparente, Pablo confiesa que sufría. “Trabajaba sin parar y eso hacía que no tuviera tiempo para pensar, de lunes a sábado, pero los domingos me quedaba solo y entonces mi Pepito Grillo, mi conciencia, me decía que aquello no era la vida auténtica”.
Recuperando el amor
¿Qué le hizo cambiar? “Tenía miedo al qué dirán”, recuerda, pero un día decidió romper esa misma trampa que él se había fabricado: “Acudí a las personas que te quieren desinteresadamente, a mi familia”. Y aquello lo cambió radicalmente. Desde entonces, tiene muy claro que es “un instrumento de Dios”.
Aquel chico que aparentaba la felicidad y solo era una ficción, hoy siente que ha recuperado la libertad: ha aprendido “el amor a mí mismo, el amor al prójimo y el amor a Dios”.
“El amor no es egoísmo, es otra cosa”, asegura. “No es una huida, sino un encuentro; no es sólo recibir, sino dar. No es un capricho, sino un compromiso; no está centrado en el yo, sino en el tú”.
Hoy, sereno y feliz, dice que no ha encontrado la felicidad pero “sé lo que es la paz, la serenidad”, la fuerza que da estar en gracia de Dios y volver a Él cuando caes. Ya no necesita caretas. “Empecé a sentirme amado y a querer” y hoy su horizonte está lleno de esperanza: “Quiero ser un buen padre de familia”. Ahora, con 29 años, está en el aprendizaje del noviazgo: en su vida apareció Clara.
Pablo atrapa por su sencillez en un vídeo de Youtube donde cuenta su historia. Los que lo han visto se suman a su perfil de Instagram @yosoytribuseekers (en referencia a que son buscadores de lo auténtico).
Hace dos meses, decidió dejar la empresa de moda El Ganso, donde trabajaba, y enfocar su profesión en el proyecto We Are Seekers. Su objetivo es ayudar a personas desde la integridad, el respeto a la palabra dada y el amor al trabajo bien hecho. Organiza eventos, viajes, almuerzos y cenas coloquio, da conferencias, tiene una newsletter… Sueña con generar “un medio de comunicación de historias donde el centro no sea el poder sino la persona y los valores“. Un medio que transmita los valores cristianos como un modo de agradecer a Dios su descubrimiento personal. “Es mi misión”, dice.
A We Are Seekers se suman hoy jóvenes con inquietudes. Son ya varios miles en diversos países y no ha hecho más que empezar.
“Me has ayudado mucho”
En Youtube, además, pueden leerse comentarios como el que escribió una chica llamada Sofía hace dos semanas: “Hola. Estoy pasando una etapa muy parecida. Justo ayer vi el vídeo y hoy te he encontrado aleatoriamente al lado de mi casa, sentado en una terraza. ¡La vida no es una mera casualidad! Gracias de nuevo. Me has ayudado mucho.”
O el de Pablo Beltrán: “Tocayos de nombre e historia… gracias x tu testimonio!”. Pablo añade que “desde que apareció el vídeo en Youtube hace un par de semanas, ya he tenido 6 conversaciones con personas que necesitaban hablar a fondo“. Toda una señal de que hay mucha gente esperando testimonios como el suyo.
En LinkedIn también los jóvenes profesionales se identifican con la situación de Pablo: “Gracias por tu vídeo -escribe una asesora fiscal-. Por contar tu historia y por compartir con todos tu renacer. ¡Enhorabuena por tu nueva vida!”.
David Fenoy subraya tres cosas que le llamaron la atención: “1.-Saber decir NO. 2.-Valora a tu familia como se merece, todo empieza y termina en la familia. 3.-Todos interpretamos un personaje.”
Ha creado la primera red social física
Pablo da mucha importancia a “la vida real” por encima de las redes. Por eso se sirve de Instagram pero favorece el encuentro auténtico, físico, de las cenas y de las charlas. “Dicen que somos la primera red social física”, dice.
Aquí puedes el vídeo en el que Pablo relata su experiencia:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=_oD_bZoryao&w=560&h=315]
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