Entrevista a la secretaria de Familias para la Acogida: Lo que pasa al acoger es una revolución familiar
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Acogidas temporales, de urgencia, de vacaciones, acogidas que se convierten en adopciones,… hay mil maneras de hacer posible la acogida y todas las familias pueden hacerlo. Lo afirma con contundencia Elena Marigorta, madre de dos hijas biológicas y dos hijos en acogida, y secretaria de la asociación Familias para la Acogida.
En la siguiente entrevista a Aleteia, asegura que acoger enriquece muchísimo y lanza una osada invitación: “Pon un hijo en tu familia y así creceremos todos”.
¿Qué es lo mejor de acoger?
Lo mucho que te enriquece a ti, a nivel personal, y al matrimonio y a la familia. Es abrir tu casa y abrir tu corazón a otras personas que no están previstas -digámoslo así-; no es un embarazo o una idea de lograr tener un hijo, sino que abres tu casa a una persona que llega, que no sabes cuánto tiempo va a estar, no sabes cómo es, ¡no sabes nada! Y ellos también te acogen a ti, te enriquecen.
Te puede interesar:
Una familia grande como el mundo
¿De dónde sacáis la fuerza?
Sobre todo nos acompañamos. Para eso está la asociación. Hay grupos en los que nos juntamos a cenar habitualmente y estamos pendientes unos de otros. Hay una red de familias que tienen interés en la acogida. Nos fortalecemos sobre todo acompañándonos.
¿Qué lo más difícil de acoger?
No tener prejuicios. No tener tu idea: “a mí me gustaría que fuera así”. El hijo llega como es. Y es lo que hay que acoger.
Es una persona ajena a tu familia natural, con toda su problemática, con toda su vida vivida ya, aunque sea un bebé pequeño.
Y se trata de estar abierto a esa historia que traen, con su familia biológica, sus recuerdos,… En nuestro argot hablamos de “la mochila cargada”.
No puedes decir: no importa, yo les daré esto o aquello… Ellos la traen y hay que vivir con ella; ellos y nosotros. Y muchas veces es difícil.
A veces puedes decir: “no entiendo por qué hace eso”. Mira su mochila y entenderás.
¿Puede acoger cualquiera?
Sí. Es como si me dices: ¿cualquier familia puede tener hijos? Lo que pasa es que vivimos en un momento de muchas comodidades, somos muy egoístas. Vivimos todo a la carta: quiero un hijo, tengo mi esquema, mi idea y estoy acostumbrado a llevarla a cabo.
Te puede interesar:
Con hijos biológicos, adoptados y acogidos: “Unos han nacido del útero y otros del corazón”
La acogida desarma todo. Una de mis hijas mayores dice que lo que pasa al acoger es una revolución familiar. Nos revoluciona a todos los niveles, no sólo físico (acostar al pequeño, compartir,…) sino también emocionalmente. Es alguien a quien no conoces de nada y de repente ya forma parte de tu corazón.
¿Cómo animar a acoger?
Las familias que acogen son las que mejor animan. Nuestra asociación les da voz en cuatro actos públicos que organizamos al año.
Unas hijas biológicas de una familia de acogida ya adultas explican cómo han crecido con la experiencia, unos padres que acaban de acoger comparten su ilusión, un matrimonio con experiencia que tiene ahora 20 hijos explica las terribles adolescencias pasadas que han valido la pena,…
Te puede interesar:
Este matrimonio ha acogido a 18 niños en su familia
Se trata de poner por delante el bien de los niños tutelados por la administración. Lo natural es crecer en una familia, no en una residencia.
Nadie puede decir que no hay problemas, viviría en un mundo irreal, pero incluso esos problemas ayudan a madurar, a crecer, a afianzarte.
Mis hijas, por ejemplo, son afectivamente más maduras que otras chicas de su edad, porque han vivido unas experiencias que otros no han tenido. Y eso enriquece.
De cara a los hijos biológicos, no es sólo compartir padres, es que gracias a los hijos acogidos, te relacionas mejor con tus hijos biológicos, hemos aprendido a ser mejores padres con todos. Aunque solo fuera por eso, los hijos biológicos ya tendrían que estar agradecidos.
Te puede interesar:
A estos famosos, sus hijos adoptados les llenan de alegría