“Thank God It´s Christmas”…Así le canta Freddie Mercury a la Navidad
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Queen renueva su saludo navideño
Existen bandas de rock mayormente conocidas por un amplio público y otras que no lo son tanto. Pero también están aquellas que, por diversos méritos, parecen ser conocidas por (casi) todo el mundo.
Queen pertenece, sin dudas, a este último grupo. La agrupación británica es sobradamente conocida no sólo por quienes contamos ya con algunas décadas en nuestro haber, sino también por las generaciones más jóvenes.
Esto puede deberse a que han heredado ese conocimiento de parte de los mayores, o también al éxito de la película Bohemian Rhapsody del año pasado. Pero creemos que se debe también al hecho de que el heterogéneo repertorio de Queen ha sobrevivido exitosamente al paso del tiempo, y además lo ha hecho en cantidad.
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Algunas de sus canciones se han convertido en verdaderos himnos, y si hiciéramos el ejercicio de pasar revista a las obras del grupo liderado por Freddie Mercury para ver cuántas de ellas nos resultan conocidas o incluso cuántas sabríamos tararear, el resultado sería probablemente sorprendente.
No obstante, como es lógico, también hay canciones de Queen que han pasado al olvido sin mayor gloria. Y es en el arcón de estas piezas olvidadas donde hemos encontrado una canción que hace referencia a los tiempos navideños que estamos transitando: Thank God It´s Christmas.
La canción es obra del guitarrista Brian May y el baterista Roger Taylor, y fue lanzada como single en noviembre de 1984. No formó parte de ninguno de los discos de estudio de la banda, aunque fue incluida en “Queen: Greatest Hits III” de 1999, quince años después de su lanzamiento como simple y ocho después de la muerte de Freddie.
En honor a la verdad, no se trata de una canción memorable. Desde el punto de vista instrumental es una propuesta relativamente elemental. La batería de Taylor no representa ningún desafío, el bajo de Deacon insiste en negras con puntillo y semicorcheas que pocas veces salen de lo básico, el talento guitarrístico de May casi no asoma, los sintetizadores (también a cargo de May) funcionan como meros “colchones” en las estrofas.
En primer plano, claro está, la voz de Mercury cumple con su rol protagónico sin complicaciones, de un modo similar a lo que encontramos en su versión de The Great Pretender. La melodía no es particularmente navideña, y si no fuera por la letra y algunos cascabeles de rigor, podría tratarse de una pieza sobre una temática cualquiera.
En cuanto a la letra, su contenido no es particularmente religioso. El tópico navideño es encarado desde un punto de vista más bien social, en relación con el cercano fin de año. Hace referencia a las lágrimas compartidas con la gente querida, las esperanzas y miedos que marcaron el año que llega a su fin. Ante los avatares vividos, la Navidad se presenta aquí, en primera instancia, como una suerte de alivio. La expresión “Gracias a Dios…”, si es despojada de su sentido religioso, realza dicha sensación.
El mismo Taylor expresó al respecto: “Irónicamente, la Navidad tiende a ser un tiempo muy estresante… Tantas emociones, tantos alegres recuerdos de navidades pasadas, cuando éramos niños encantados y adultos/padres responsables. Es un gran alivio cuando finalmente sucede.”
Sin embargo, la canción permite intuir que hay algo más… Se trata de un día más que especial (“this one day of days”) y de una noche en la que el mundo entero parece unificarse en una vivencia de armonía compartida. Por ello, los muchachos de Queen nos invitan a extender dicha experiencia a la vida cotidiana: “Let it be Christmas every day – Que sea Navidad todos los días”.
Con el fin de revitalizar dicha invitación, los autores han decidido relanzar estos días el single con un video animado (bajo la dirección y producción de Justin Moon y Drew Gleason) en la cuenta oficial de Queen en Youtube y en sus propias cuentas de Instagram. Ciertamente, es una invitación que vale la pena tener en cuenta, no como un cliché vacío de contenido, sino como exhortación a redescubrir el significado de estas festividades y reflexionar sobre la posibilidad de hacer extensivo su profundo sentido a cada uno de los días de nuestras vidas, a fin de lograr con ello hacerlas renacer a diario.