San Silvestre fue el 33 papa de la Iglesia católica. Resultó elegido un año después del Edicto de Milán en el 313, cuando se promulgó la libertad religiosa.
El papa Silvestre trabajó muy al lado del emperador Constantino para la reconstrucción de la Iglesia perseguida por años.
Fue él quien convocó el primer concilio ecuménico de Nicea, contra las herejías de los arrianos.
Se concluyó la cuestión cristológica de la naturaleza del Hijo de Dios y su relación con Dios Padre. También se estableció la fecha de la Pascua, y se promulgó el primer derecho canónico.
El papa Silvestre fue el primero en ceñir la tiara, o triple corona pontificia. Algunos historiadores le atribuyen la institución oficial del domingo como Día del Señor, para recordar la Resurrección.
Junto con Constantino y la madre del emperador santa Elena, hicieron edificar varias basílicas en Roma, como San Juan de Letrán, San Pablo en Ostiense, Santa Cruz de Jerusalén y San Lorenzo. También comenzó los trabajos de construcción en el Vaticano.
Falleció el 31 de diciembre de 335, siendo el primer papa canonizado que no murió mártir. Su cuerpo se encuentra en las Catacumbas de Santa Priscilla.
Patronazgo
Es patrono de las aguas, albañiles y canteros y abogado contra los envenenamientos.
Lugares de culto
En Roma hay dos lugares importantes dedicados al santo: la Basílica de san Silvestre y san Martín de Tours y la Iglesia san Silvestre en Capite.
Curiosidades
En Roma hay innumerables leyendas atribuidas a san Silvestre, una de ellas es cuando amansó a un temible dragón que devoraba a los romanos.
El papa Silvestre era el patrono de la orden caballeresca llamada Orden de la Milicia de Oro o de la Espuela de Oro, que la tradición dice que incluso fue fundada por el emperador Constantino.
Oración
Socorre, Señor, a tu pueblo que se acoge a la intercesión del papa san Silvestre I,
para que, pasando esta vida bajo tu pastoreo,
pueda alcanzar en la gloria la vida que no acaba.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.