Nadie sabe de dónde saca fuerzas este joven de Camaguey para arrastrar cualquier peso como si nada
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Hay personas que tienen una capacidad física especial. Se sabe un húngaro que logró mover un avión con sus dientes y de un georgiano que pudo desplazar un camión de 8 toneladas y hasta aun helicóptero con su oreja. Los videos recorrieron las redes y las opiniones eran diversas: para algunos eran hazañas de titanes absolutamente imposibles por lo cual pensaban que los videos eran trucados; mientras que otros, simplemente, manifestaron rendida admiración por el “Dumbo” superpoderoso de oreja inaudita.
Se supo, también, por allá por el 2014, de una especie de Hércules -el mitológico héroe griego- que arrastraba camiones de 40 toneladas con sus dientes. Era un ucraniano de 29 años, cuyo nombre ya aparecía en el Libro Guinness por empujar un microbus de dos pisos a lo largo de dos metros y medio. En aquella ocasión, reveló su secreto a las redes en abril de 2019: mucho hilo dental. Y no faltar jamás a su cita con el dentista.
Otro forzudo extraordinario sería objeto de titulares en el periódico Juventud Rebelde de Cuba en 2014.
Como Sansón, ni sabe de dónde le viene la descomunal fuerza
Podría ser comparable a Sansón, el personaje bíblico de la tribu de Dan, dotado de una fuerza sobrehumana que fue usada para salvar a Israel del poder de los filisteos.
Nuestro protagonista, Yasmani Fonseca Estrada, quien apareció un día por las calles de Santiago mostrando el poder de su quijada, dejando a los demás estupefactos y con las suyas en el piso ante la asombrosa demostración, no derriba templos con sus brazos pero lleva a cabo proezas igualmente inimaginables.
Estamos hablando de un cubano humilde, que no busca la fama grabándose en vídeos alucinantes. Vive en Camaguey y no aspira a otro escenario que la calle donde ofrece exhibiciones de fuerza que dejan atónitos a quienes observan. A juzgar por los testimonios del público improvisado. Si no lo ven, no lo creen, eso es seguro.
El día en que descubrió su “don”
El joven apenas mide 1,54 de altura pero es capaz, tan solo con la fuerza de su mandíbula, de mover grandes moles. Lo ha hecho con un pequeño vehículo particular pero también un con bus incluyendo sus pasajeros a bordo.
Lo hace como si nada, como podríamos los comunes mortales morder un emparedado de queso derretido. Lo ha hecho a la vista de todos y ante el estupor de una ciudadanía que no se explica de dónde sale tanta fuerza.
Un buen día descubrió su “don” –así le llama- por casualidad y ese día provocó la huida en estampida de quienes lo rodeaban. Fue hace diez años, cuando, trabajando en una panadería, le cayó una bandeja en el pie. Le dolió tanto que “se aferró con la boca a un saco lleno de harina que tenía cerca. De un lado a otro lo vieron mover más de 110 libras, y fue tanto el asombro, que sus compañeros no hicieron otra cosa que salir corriendo”, cuenta la reseña del portal CubaDebate.
Y su testimonio es elocuente: “Me di cuenta que eso es un don único, y deseo que aparezca otra persona para competir y hacer más cosas”. Yasmani, desde uno de los salones del periódico Sierra Maestra, recordó el episodio: “A partir de ese momento la misma gente me decía que tenía que hacer ejercicios de mandíbula, correr, pero… ¡qué va, ya con esto era suficiente!”.
Después de mover tanto peso, sus dientes no sólo están impecables e impertérritos, sino que tampoco da señal alguna de trastorno mental a pesar de que, a todas luces, lo que hace es “sobrenatural”, como han comentados los médicos y psicólogos que lo han visto.
Él, impertérrito, revela que se prepara para mover trenes y aviones. Después de todo, si de niño devoraba, “casi sin masticar, hasta la goma del biberón”, como él mismo relata a los medios de su país, ¿sería extraño que consiguiera esas metas?
No hace nada especial salvo ejercitar su musculatura y comer mucho vegetal, evitar las grasas y mantenerse sereno.
Video y foto tomados de “Sierra Maestra”