Rasgos de la Sagrada Familia que podemos aplicar a nuestra propia familia.
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Arranca un nuevo año lleno de propósitos y ganas de comenzar de nuevo. Quizás hemos hecho propósitos familiares que nos ayuden a mejorar la calidad de nuestra vida familiar o a crecer en virtudes ayudándonos unos a otros. Si no lo hemos hecho, es el momento perfecto.
Y como tenemos la navidad muy fresca en la mente, nos podría ayudar observar rasgos de la Sagrada Familia que podemos aplicar a nuestra propia familia.
Tenemos poca información sobre cómo transcurría la vida familiar de Jesús, María y José, sin embargo, en los Evangelios podemos encontrar pistas que nos llevan a descubrir cómo vivían.
Aquí tres conductas que podemos imitar:
Se apoyaron mucho entre ellos
Es quizás el rasgo más evidente de la Sagrada Familia. Sabemos que Jesús era reconocido como carpintero, lo que nos lleva a pensar que desde pequeño ayudaba a José con su trabajo, y es por esto que fue aprendiendo el oficio.
También tenemos pistas de que sabía mucho sobre la vida domésticas, ya que sus parábolas eran casi todas basadas en cuestiones de la vida cotidiana (la levadura del pan, los granos de mostaza, etc.)
Sospechamos que Jesús no dejaría sola a su Madre un minuto, y seguramente compartía con ella las tareas del hogar.
Podemos preguntarnos si hacemos nosotros eso también en nuestro hogar:
- ¿Damos a nuestros hijos la oportunidad de ayudarnos con las labores doméstica?
- ¿Les enseñamos que la casa es de todos y que todos somos responsables de cuidarla?
Afrontaron muy bien los cambios de planes
Muchas veces les tocó hacer algo que no estaba previsto: ir a Belén al censo, o salir huyendo a Egipto.
Los cambios de planes eran parte de su entrega total a la voluntad de Dios y lo aceptaban con alegría.
Esta es una actitud importante que podemos aprender en nuestra familia: saber aceptar los acontecimientos inesperados o los cambios de planes con alegría, sin apegarnos tanto a lo que nosotros pensamos que es mejor.
Llevaron una vida de austeridad y oración
En este mundo materialista en el que cada vez todos queremos más es bueno fijarnos en la austeridad de la Sagrada Familia.
No tenían dinero de sobra, cuando presentaron a Jesús en el templo no pudieron ofrecer a Dios ni siquiera un cordero, como los ricos, sino dos pichones o tórtolas, como los pobres.
Esta austeridad no era sinónimo de abandono, (vemos que Jesús tenía una túnica de una sola pieza al momento de su crucifixión) sino de una vida entregada al trabajo honesto y en la que no hay cosas superfluas.
Esta austeridad solo se vive de verdad cuando se acompaña con una vida intensa de oración, ya que se comprende que la felicidad no está en las cosas materiales sino en el trato y la cercanía con Dios.
Es quizás este nuevo año un momento ideal para proponernos como familia darle importancia a lo que de verdad importa, llenándonos mas de Dios y quitando de nuestro corazón aquellas “necesidades” materiales que en muchos casos solo sirven para llenarnos de cosas.
En este mundo de influencers y falsas celebridades, es a veces importante voltear nuestra mirada al Verdadero ejemplo, y fijarnos en la Sagrada Familia es un buen comienzo para convertirnos en una familia más feliz.
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