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El 10 de enero de 2020 fallecía a los 66 años, tras una enfermedad, el empresario Francesco Claudio Averna, el responsable de haber puesto en el mapa de los licores italianos el Amaro Averna.
Averna tuvo la capacidad, desafiando la periferia de Sicilia y la falta de una extendida cultura empresarial, de hacer el Amaro Averna un producto de éxito. Y lo hizo gracias a una antigua receta secreta que fue donada en 1868 a su antepasado Salvatore Averna, empresario textil, por un fraile capuchino, fray Girolamo, prior de la Abadía de Santo Spirito (Caltanissetta, Sicilia) (Ansa, 10 enero).
Hierbas y especias: la receta secreta
Los capuchinos del convento de Nissia solían preparar esa receta como remedio para la fiebre del paludismo, el catarro intestinal y los trastornos de la digestión.
Don Salvatore tuvo la idea de producirlo para sí, para su familia y sus amigos. Así, en 1868 junto a los hijos Emilio, Michele y Francesco, Don Salvatore tomó la decisión y transformó su propiedad de Xiboli, a tres kilómetros de la ciudad, en una fábrica artesanal para la producción del elixir, que fue cada vez más solicitada por todos.
El giro por el éxito del Averna llega en 1958, cuando fue creada por la familia la Fratelli Averna Spa quien desde 1968 con la cuarta generación y gracias a la llegada de la marca sobre la transmisión "Carosello", alcanza notoriedad primero en Italia y luego a nivel mundial (La Repubblica, 10 enero).
La receta secreta de Averna sigue sin cambios hoy en día, con diferentes tipos de hierbas, raíces y especias naturales infundidas en alcohol puro, con los aromas y fragancias de los aceites esenciales de cítricos.
"¡Sería asesinado de inmediato!"
Francesco Rosario Averna, primo de Francesco Claudio (con quien compartió la empresa antes de que fuera tomada por el Grupo Campari), en una entrevista hace algunos años ((www.marcocastoro.it), contaba con orgullo el origen del "boom" de su amaro. «La receta – afirmaba el empresario – es la misma que fray Girolamo dio a mi bisabuelo. Y quien soñara con modificarla sería asesinado de inmediato».
P. ¿Quién era fray Girolamo?
R. Uno de los frailes capuchinos de la abadía normanda de Santo Spirito, cerca de la granja que mi bisabuelo compró en el campo de Caltanissetta. El fraile se deleitaba en la herboristería. Preparaba varias mezclas para pociones medicinales. En realidad el elixir y su receta fueron un regalo espontáneo de los frailes para agradecer a mi antepasado por el apoyo económico recibido.
P. La mágica poción ¿cómo se volvió el Amaro Averna?
R. Al principio mi bisabuelo lo regalaba a los clientes de la tienda de telas que tenía. Visto que gustaba mucho, los pedidos aumentaron a tal punto que decidió empezar una producción artesanal. Luego su hijo Francesco se hizo cargo de la difusión en Italia y de la exportación en las ferias en el extranjero.