Una maravilla en Puente Milvio
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El bautismo separado de Jesús, es la denominación extraña que se le ha adjudicado a esta obra del escultor barroco Francesco Mochi que se encuentra en Puente Milvio.
En modo irónico y bromeando al no entender muy bien de que se tratan estas estatuas los pasantes dicen que Cristo está agachado buscando algo que se le perdió entre los baldaquines, y que la otra estatua o le está por lanzar una piedra o tiene una taza para recoger agua en los días de lluvia. Obviamente del modo en que están separadas nadie entiende que es un grupo escultórico que representa El Bautismo de Jesús, y en un principio no estaban separados.
Veamos cómo llegaron dónde están y quien las separó.
En 1805 el papa Pío VII, mandó a restructurar el puente más importante de Roma confiando en el arquitecto del momento Giuseppe Valadier. Este reconstruyó los arcos en los extremos, que habían sido reemplazados por puentes levadizos de madera y edificó la torre con el arco que vemos hoy.
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Este arco tenía que tener un carácter triunfal por esta razón puso a sus lados dos importantes pedestales y elige de colocar en ellas las estatuas de san Pedro y san Pablo que se encontraban en la puerta principal de Plaza del Popolo, también obra de Francesco Mochi.
Más tarde con la refacción de Plaza del Popolo, el mismo Valadier decidió devolver las estatuas a su sitio original.
Era la época de papa León XIII, y este no pudo lograr que el arquitecto desista de su decisión, obligándolo a buscar otras estatuas para llenar el vacío. Y es así que encontró la obra El Bautismo de Jesús de Mochi, que fue encargada por la familia Falconieri para la capilla de familia en la Basílica san Giovanni dei Fiorentini. Solo que fue rechazada por la familia por las críticas que hizo el famoso escultor Bernini hacia la obra.
Y es así como Cristo y san Juan Bautista quedaron separados en el Puente Milvio.
En los años 50, se vio que las esculturas se estaban deteriorando notablemente y se decidió transferirlas para someterlas a una restauración conservadora.
Los pedestales estuvieron vacíos por mucho tiempo hasta que en el 2001, las estatuas reaparecieron, pero no las originales, estas volvieron a su lugar de origen en la basílica de San Giovanni dei Fiorentini.
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