80 años no son nada. Sara Vallejo había viajado en todos los medios de transporte. Le faltaba la motorhomeSara Vallejo tiene 81 años y está jubilada. Desde hace casi tres años recorre Sudamérica entregada a dónde la lleve el viento.
En un diálogo familiar le habían advertido que ella había hecho de todo, y que había viajado en todos los medios de transporte, pero no en motorhome. El comentario, lanzó el desafío.
Así que empezó a indagar, a conocer, a pedir a los distintos choferes de carros similares que le permitan subir a conocer, y puso, literalmente, en marcha una nueva vida.
Vendió todas sus pertenencias, compró un motorhome, y desde entonces, recorre Sudamérica.
“He hecho 57.000km recorriendo, más o menos, 95 lugares, y tal vez más. Han transcurrido 280 días y hemos consumido incalculables litros de nafta”, reconoce a Aleteia.
La distancia recorrida, en una ruta relativamente recta, le hubiese permitido unir en ida y vuelta los extremos norte y sur de América, y Lisboa con Moscú, también incluyendo regreso, aprovechando para parar en prácticamente todas las capitales europeas.
Cuando nos contactamos con ella, se encontraba en Tucumán, en Yerba Buena, su ciudad, al norte de la Argentina, donde todo empezó. Está de vacaciones: “Como no tengo casa fija y la rodante quedó lejos, estoy hospedándome en casa de los hijos. Un poco con cada uno”.
Próximamente, se pondrá en marcha para seguir viaje, “como siempre, ¡para donde el viento me lleve!”.
En estos casi tres años de ruta, nos cuenta, pudo ver “cientos de paisajes, playas, sierras y montañas maravillosas”, pero no fue eso lo que más le sorprendió.
“Lo que ha calado más hondo en mis emociones ha sido la maravillosa gente que he conocido en este viaje de vida”, confiesa.
“Me han marcado especialmente la ciudad de Joao Pessoa en Brasil, en el estado de Paraiba, donde el sol nace primero, ya que se encuentra en el punto más oriental de América del Sud. Gente amable, generosa y solidaria. También en Salvador de Bahía, y en Perú, las ciudades de Cusco y Lima”.
Contabilizar y enumerar las ciudades, “rincones y pueblitos maravillosos”, se le hace imposible.
“En la soledad de la ruta solo me acompañan pensamientos de gratitud a la vida por haberme inspirado para llevar a esta edad una vida plena, libre y llena de maravillosas aventuras y la posibilidad de conocer a tanta gente linda que me acompaña”, nos relata Sara, y describe que estar en el camino prácticamente sola le provoca “una sensación de verdadera libertad, que nunca antes había ni siquiera vislumbrado”.
Tres años en 80 parecen poca cosa, sobre todo cuando la protagonista de la historia fue hija, esposa, madre, abuela, bisabuela, maestra de inglés, tuvo un restaurante… Pero aún a esta edad, que muchos olvidan lo fascinante que puede ser, Sara logró redescubrirse.
“Si tuviera que comparar la Sara que salió de viaje hace casi tres años con esta Sara diría que me siento 10 años más joven, más briosa, más feliz. Solo subir al motorhome y poner el motor en marcha me energiza y me hace sentir dueña de mi vida…”.
Sara tiene 81 años. Mucho de vida tiene detrás. Pero mucho también por delante. Sigue soñando y andando. A dónde la lleva el viento. Porque 80 años no son nada.
Para seguir su viaje de vida visitar su página de Facebook 80 años no son nada y su canal de Youtube 80 Años No Son Nada Sara Vallejo.