Permanecer conectados con la persona que amamos es clave en el matrimonio
Michele Weiner-Davis es una terapeuta que luego de haber vivido el divorcio de sus padres, ha dedicado toda su vida a ayudar a evitar a que esto le ocurra a otras personas. Según su basta experiencia con matrimonios, ha concluido que muchas infidelidades y divorcios se producen por la falta de contacto físico y una vida sexual pobre en la pareja.
La terapeuta dice que la falta de deseo es un tema que hoy afecta tanto a hombres como a mujeres. Ambos experimentan las dificultades de acercarse por
- la rutina de la vida diaria,
- la falta de diálogo
- no comprender cómo funciona la dinámica del deseo y sus emociones.
Lo cierto es que evitar las relaciones sexuales en el matrimonio lleva a la pérdida de la intimidad en muchos otros aspectos de la relación y las diferentes actitudes sexuales de la pareja la ponen en riesgo cuando los cónyuges no experimentan la pasión y el deseo.
En este sentido es importante que los cónyuges se hagan expertos en cómo el otro se siente conectado, darle valor al sexo en la relación, hablar sobre cómo se vive y priorizar el cuidado mutuo que es un acto de amor poniendo las necesidades del otro antes que las propias.
De su charla en TED podemos recoger varias lecciones para volver a despertar la pasión:
“Todos tenemos diferentes maneras de sentirnos conectados con el otro. Tenemos que conocer la nuestra, pero también convertirnos en expertos en la manera en que nuestro cónyuge se siente conectado a nosotros”
Necesitamos estar conectados y cuando sentimos que no lo estamos con la persona que amamos, eso nos lastima mucho. Si no hay interés, o no hay mucho ánimo, recibir el rechazo duele.
El que busca la intimidad lo hace desde una posición de vulnerabilidad, y si es rechazado su enojo aumenta y eso deja como resultado que la desconexión sea aún mayor.
Cuando uno sufre un rechazo lo primero que tiene que saber es que tiene que intentar que el otro se siente amado y crear un ambiente propicio. Y el otro por su parte tendría que intentar adaptarse para hacer feliz a su cónyuge, ya que al encontrarse con él provocará que esté más presente, sea más amable y se sienta más agradecido.
“Si tu cónyuge te está pidiendo más contacto físico, más cercanía y más sexo, no te engañes pensando en que ‘es solo sexo’ como rascarse el brazo cuando te pica. El sexo es un medio poderoso para conectarnos y acercarnos en el amor”
No solo placer
El contacto íntimo no es solo placer. Se trata de que la mujer se sienta femenina y el hombre masculino.
Se trata de sentirse querido, amado y atractivo para el otro. La relación de intimidad es un lenguaje completo que puede conectarnos de manera muy especial.
Sin esa conexión, la desconexión se traslada a otros niveles y muchas cosas se pierden:
- dejan de reírse de los chistes,
- no se van a acostar juntos,
- no se divierten juntos o dejan de ser amigos
- y, con el tiempo, esto puede llevarlos a alejarse cada vez más hasta que un día se encuentran con un abismo entre ellos.
“Cuando conoces la forma en que tu esposo conecta contigo, no tienes que entenderlo totalmente o estar totalmente de acuerdo, pero tienes que hacerlo porque las relaciones saludables se basan en un cuidado mutuo y en actos de amor”
El deseo puede estar presente pero no será necesariamente la fuerza suficiente para iniciar el acercamiento. Por eso es recomendable ser receptivo ante los avances del cónyuge que está más interesado en tener sexo, incluso si al inicio ese deseo no se siente tan fuerte. Conforme se acerquen, irá aumentando.
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Cuando tu cónyuge te invite a comentar un artículo que encuentra interesante, a apagar el móvil para pasar tiempo juntos sin interrupciones o hacer el amor porque hace mucho que no están juntos así, la respuesta debería ser la de un acto de amor.
Desafiante al poner primero al otro, pero importante para aprender a cuidarnos mejor y no ser esclavos de las emociones.
“Hay que mantener un diálogo fluido sobre el sexo y las decisiones que se toman respecto a ello en cada etapa”
Aparece un problema cuando uno de los dos busca el contacto físico y el otro lo minimiza o deja de darle tanta importancia. Esto no solo puede llevar a malentendidos y gran sufrimiento, sino a que la persona que no quiere tanto sexo termine convirtiéndose en la que maneja la relación y toma las decisiones.
Para Weiner-Davis esto es interesante porque cuando pensamos en las decisiones que se hacen en el matrimonio siempre suelen ser de a dos: casarse, invertir o no en un negocio. Es mutuo. Pero en relación al sexo no siempre ocurre así.
Muchas cosas se dan por hechas y por eso no suele hablarse sobre la calidad o la frecuencia siendo algo tan importante. Es necesario darle su valor, hablar sobre las expectativas y cómo se vive.