Curiosa anécdota de uno de los mayores doctores de la Iglesia. ¿Por qué se volvió tan estudioso y silencioso?Gracias a Guglielmo di Tocco postulador de la causa de beatificación de Tomás de Aquino y autor de la primera biografía del santo publicada en 1323, conocemos esta curiosa anécdota.
El joven Tomás de 20 años se encontraba en la Universidad de París. Enviado por la Orden de los Predicadores para que pudiera especializarse en teología bajo la guía de Alberto el Grande, el primer dominico de nacionalidad alemana en convertirse en maestro de teología en París.
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Cuenta di Tocco que Tomás: “después de haber escuchado a Alberto enseñar todas las ciencias de una manera profunda y admirable, se alegró de haber encontrado de inmediato lo que estaba buscando, alguien quien podía calmar su sed ardiente de saber”. Para aprovechar una oportunidad tan extraordinaria, Tomás “comenzó a ser más silencioso que nunca, asiduo en el estudio y devoto en la oración”.
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Llenará el mundo entero
Los compañeros al, ver a Tomás tan robusto y silencioso, lo tomaron por tonto. Le pusieron como apodo: (bovem mutum), “El buey mudo”.
Un día, uno de sus compañeros leyó los apuntes de este joven estudiante y se los presentó a san Alberto. Al leerlos, este les dijo a los estudiantes: “Ustedes lo llaman el buey mudo. Pero este buey llenará un día con sus mugidos el mundo entero”.
Desde ese día el joven Tomás pasó a ser el bachiller encargado de responder a las disputas y asistente personal de Alberto el Grande.