Se aplicará esta medida drástica durante dos semanas, mientras el brote continúa cobrándose vidas en ChinaLa misa del Miércoles de Ceniza, así como todas las misas públicas durante las próximas dos semanas, han sido canceladas en Hong Kong ante el coronavirus.
La amenaza de COVID-19, el nuevo coronavirus que ha cobrado más de 1.100 vidas en China continental, ha obligado a los responsables católicos en Hong Kong a suspender las actividades de la Iglesia durante las próximas dos semanas, informó UCANews.
El cardenal John Tong, administrador apostólico de Hong Kong, dijo que las próximas dos semanas serán “un momento crucial para controlar la epidemia”. Instó a todos a “no entrar en pánico” y a “profundizar nuestra confianza en Dios e implementar nuestro amor cristiano por nuestros vecinos y todas las personas”.
Cuando Hong Kong comenzó a recibir casos de COVID-19, la diócesis comenzó a aconsejar a los sacerdotes y feligreses cómo protegerse mejor: usando máscaras quirúrgicas, recibiendo la comunión en la mano y no directamente en la boca, y manteniendo una distancia segura de los demás. También dijo que aquellos que tienen miedo de contraer el virus o incluso tienen un pequeño resfriado serían dispensados de la obligación dominical de asistir a misa. La diócesis comenzó a transmitir en vivo la misa por Internet.
“Además de participar en la Misa on line, recibiendo la Sagrada Comunión espiritualmente, meditando en las Escrituras o rezando el Rosario, en casa podemos cuidar más la salud de nuestra familia, especialmente los ancianos y los niños”, dijo el cardenal Tong en una nueva declaración.
A medida que crece el temor mundial a la enfermedad, el cardenal Tong decidió suspender todas las misas públicas los domingos y días laborables del 15 al 28 de febrero y cancelar la liturgia del miércoles de ceniza, el 26 de febrero.
Hong Kong, que tiene fronteras abiertas con China, ha informado de unos 50 casos confirmados y una muerte.
Tong, en su declaración, pidió a los 500,000 católicos de Hong Kong que “se ayuden unos a otros, compartan materiales antiepidémicos, vivan las virtudes evangélicas de la fe, la esperanza y el amor, y oren los unos por los otros”.
“A través de la intercesión de Nuestra Bienaventurada Madre María, que el Señor escuche nuestras oraciones para que la epidemia desaparezca pronto y nos otorgue buena salud y bienestar”, concluía.
UCANews informó que el territorio densamente poblado de 7,4 millones de personas está “en alerta máxima para controlar el virus ya que miles han cruzado desde China continental para evitar la infección”. Dice el informe:
Como parte de los esfuerzos para detener el brote, Hong Kong ha establecido una serie de campos de cuarentena masivos para aislar a las víctimas.
El gobierno, encabezado por Carrie Lam, ya ha recibido críticas de los residentes por establecer campamentos de cuarentena en áreas residenciales.
Las nuevas reglas de cuarentena obligatorias entraron en vigencia el 8 de febrero, y las personas que llegan desde el continente deben permanecer en cuarentena durante 14 días para frenar el brote en la comunidad.
“Proporcionaremos la mayor cantidad posible de facilitación para asegurar que las personas cumplan con la orden de cuarentena y se queden en casa”, dijo Lam.
Hasta ahora, alrededor de 2.200 personas han sido colocadas en campos de cuarentena en Hong Kong.
Ha habido protestas contra la decisión del gobierno de utilizar un albergue propiedad en la Academia Jao Tsung-I como campamento de cuarentena. Los precios de los bienes esenciales se han disparado y hay escasez de máscaras médicas, informa el servicio de noticias, agregando que los habitantes han allanado supermercados y farmacias. Un residente se quejó de que “comerciantes sin escrúpulos incluso aumentaron el precio de las máscaras en casi 50 veces”.
Las escuelas en Hong Kong extenderán los cierres hasta el 16 de marzo, y el gobierno ha dado a sus funcionarios la opción de trabajar desde casa hasta el 23 de febrero.