La OMS advierte que un trabajador estresado suele ser más enfermizo
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“Hoy en día se reconoce que el estrés laboral es uno de los principales problemas para la salud de los trabajadores y el buen funcionamiento de las entidades que trabajan”. Así de claro y sencillo habla la OMS.
La Organización Mundial de la Salud en un informe sobre el tema señala que un trabajador estresado “suele ser más enfermizo, estar poco motivado, ser menos productivo y tener menos seguridad laboral”.
Pero además, se reconocen de igual forma problemas para su empresa: “Esta suele tener peores perspectivas de éxito en el mercado competitivo”. ¿Todo claro verdad? Pues bien, los estudios al respecto apuntan a que un 40% de los trabajadores del mundo occidental sufren estrés laboral.
Objetivos inalcanzables, horarios asfixiantes, jefes dictatoriales, poco reconocimiento… y un largo etcétera ahogan a los trabajadores que, por otra parte, ya pueden estar agradecidos por tener trabajo. Toda una pescadilla que se muerde de la cola y de la que es muy difícil escapar. Tanto, que la salud se debilita.
Se empieza por notarlo en la desgana, en la falta de sueño, quizá en el mal humor. Luego se pierde la vida social. El ánimo. Hay quien se encierra en sí mismo. Quien se refugia en el absentismo laboral. O en lo contrario, un eterno presentismo: trabajando todas las horas que está despierto, los fines de semana, sus vacaciones no son vacaciones. En casos más extremos hay quien se da a la bebida, a las drogas… Perder la salud no es algo ajeno a los problemas del trabajo.
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Pues bien, tanto la OMS como diferentes estudios así como los asesores labores, coaching y especialistas que tratan el estrés laboral nos ofrecen algunas claves para controlarlo:
Diferenciar entre reto y presión insana
El estrés laboral nace del desequilibrio de aquello que nos piden como unos objetivos ingentes, frente a lo que nuestro yo puede dar.
Y no hablamos de capacidad. En muchas ocasiones de resultados que no dependen de nosotros. Vender más, producir más… A veces no es una cuestión de nuestro trabajo, tal vez se deba a un error en la visión y en la organización de una empresa. Imaginen que hoy una compañía nos quisiera obligar a vender radiocassetes, estamos fuera del mercado.
Pues hay muchas empresas que están fuera del mercado pero no lo asimilan frente a sus empleados. Todas las compañías del mundo por muy grandes o pequeñas que sean no pueden crecer, ni vender todo lo que se proponen. Ni las zapatillas más de moda podrían crecer eternamente, porque quizá un día dejen de llevarse.
Y en cualquier caso, tampoco pueden crecer las ventas, o los proyectos, sólo porque un directivo así lo haya establecido. Una cosa es tener retos, que podríamos plantear como objetivos de venta realistas y otro, que se nos impongan quimeras inalcanzables.
No digas a todo que sí
Es recomendable aprender a decir no puede ser. En todos los ámbitos de la vida. Y en el trabajo también. Seguro que en casa sí dices esto no puedo, no llego. Pues en el trabajo igual.
Habla con el jefe, con tus compañeros. Y si no es posible dialogar con el jefe, recordemos, existen los sindicatos… Y que en tu cabeza siempre quede claro que no se puede decir a todo sí, porque entonces no nos estamos valorando.
No vales sólo por lo que te reconocen
Otro de los motivos del estrés laboral es no sentirse valorado. Empezamos por ver que nuestro jefe o nuestros compañeros nunca nos felicitan ni por nuestro esfuerzo ni por nuestros logros y a final, hasta dudamos de los mismos. A veces, y este es una de las herramientas que nos lleva a la negatividad, nuestra mente es nuestro peor enemigo.
Y nos dejamos llevar. Si otros no me reconocen, me pongo triste y acabo en una espiral negativa. Y aunque es agradable, sí, mucho que te feliciten en el trabajo, que no lo hagan no significa lo contrario. Y un pequeño consejo: felicita tú a los tuyos, a tus compañeros, a tu jefe, cuando consiguen algo. Ayuda.
Recuerda que sólo tienes una vida
A veces el miedo a perder el empleo, a buscar otra cosa con un peor salario, nos inmoviliza. Y pasamos años y años atascados en un empleo que no nos hace feliz. No sólo eso, sino que nos quita la salud, la vida. Recuerda que pasamos muchas horas de nuestra vida trabajando. Si el trabajo te lleva al lado oscuro, algo está mal.
Piensa en tu familia
Haz un balance de tu trabajo: ¿Por ejemplo? Una lista de pros y contras de qué te da y qué te quita tu trabajo. ¿No te permite pasar tiempo con tu familia?
Los fines de semana es como si no estuvieras. Llegas a casa a dormir y ése es tu día. Hay psicólogos que indican que el 25% de los problemas de pareja llegan por el trabajo. Para. Piensa.
¿No puedes organizarte de otra manera? ¿Cambiar horarios? ¿Reducir objetivos?
Otea el mercado laboral
¿Estás siempre amargado? ¿Y si cambiar te hiciera ver la luz? Hoy no es como el siglo pasado cuando el trabajador entraba en una empresa y desarrollaba toda su vida o casi toda en ella. Hoy la movilidad es un punto positivo.
Pide ayuda
Y si no puedes, si no levantas cabeza… Por favor, busca la ayuda de un experto. Un terapeuta, un psicólogo, un coaching… tienes muchas opciones que pueden ayudarte. Recuerda los porcentajes y recuerda que se trabaja para vivir, no se vive para trabajar.