Los ciudadanos de países europeos afectados por la epidemia de coronavirus tienen prohibido viajar a Tierra Santa y varios santuarios, incluida la Basílica de la Natividad, han sido cerrados
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A medida que la epidemia de coronavirus continúa creciendo en todo el mundo (92,000 personas infectadas y más de 3,200 muertos), el gobierno israelí acaba de tomar medidas drásticas para prevenir su propagación.
Desde el miércoles 5 de marzo, los ciudadanos de varios países europeos, incluida España, tienen prohibido ingresar a Israel. Las autoridades han decidido “impedir la entrada de turistas y prohibir que todos los hoteles en todas las ciudades reciban extranjeros […] del 6 al 20 de marzo”, dijo el ministro de Turismo palestino, Roula Maaya.
Los ciudadanos de estos países que, sin embargo, traten de venir, serán devueltos directamente a su país, y los israelíes serán puestos en cuarentena durante dos semanas.
Entre otras medidas tomadas por el gobierno, también podemos señalar el cierre “como medida de precaución”, al menos hasta el 20 de marzo, de la Basílica de la Natividad de Belén “después de presuntos casos de coronavirus en este sector”.
Construida en el siglo IV por el emperador romano Constantino en el lugar donde nació Jesús, la Basílica de la Natividad es una de las iglesias más importantes de la cristiandad. Ubicada en la Cisjordania ocupada, recibe a más de dos millones de peregrinos cada año.
El Ministerio de Salud palestino también ha pedido a las iglesias y mezquitas, entre otras, que cierren por temor a propagar el virus.