El origen de la Sábana Santa y de la imagen que muestra sigue suscitando estudios en la comunidad científica. Sin embargo, una investigación médica reciente podría dar un giro a las hipótesis que se barajaban hasta el momento.
El doctor Bernardo Hontanilla, especialista en Cirugía Plástica de la Universidad de Navarra (España), acaba de publicar un artículo en la revista científica "Scientia et fides" en el que expone sus conclusiones: según ha explicado a Aleteia, la imagen de la Sábana Santa "corresponde a un hombre vivo".
El doctor Hontanilla, con 25 años de carrera profesional y experto en cirugía del rostro, aporta los siguientes datos. Puedes verlo en la galería fotográfica y leer la explicación detallada a continuación:
La presencia de surcos nasogenianos en el rostro de la Síndone
"En la imagen de la Sábana se ven con claridad los surcos nasogenianos. Son esas hendiduras o pliegues que tenemos a derecha e izquierda de la nariz y que bajan hasta la boca", explica el doctor. En un cadáver, estos surcos no se aprecian porque con la muerte los músculos se relajan y desaparece el pliegue.
Esos surcos solo desaparecen -en el caso de una persona viva- cuando se ha producido una parálisis facial.
"La presencia de los surcos nasogenianos es incompatible con un cadáver excluyendo el espasmo facial que no se da en la figura", concluye Hontanilla.
Los labios cerrados del "hombre de la Síndone"
Este médico afirma que "al morir, el cuerpo experimenta un acto de relajación y esto provoca la apertura de la boca. En la imagen de la Sábana Santa no se da esta situación: hay labios cerrados".
La presencia de labios cerrados y la presencia de los surcos al mismo tiempo es, de nuevo, incompatible con un cadáver.
Tres signos de un cuerpo que se incorpora
El doctor Hontanilla se basó en el modelo en tres dimensiones (3D) extraído a partir de la Sábana Santa y, por su parte, pidió a varones de 1,70-1,80 metros de altura y complexión atlética que se tumbaran en posición decúbito supina (horizontal boca arriba) e hicieran el gesto de incorporarse.
El resultado le hizo apreciar lo que él observa en la Sábana Santa: "Hay una flexión del cuello hacia delante, hay una semiflexión asimétrica de las piernas (se dobla un poco la rodilla y no de igual forma una pierna que otra) y hay una planta del pie apoyada en el suelo. Al mismo tiempo, las manos llegan a los genitales y los cubren". Hontanilla añade: "Lo que muestra la Síndone es el conjunto de movimientos que hace una persona al incorporarse".
"Signos de muerte y signos de vida"
Aunque hasta ahora se ha pensado siempre que la Sábana Santa ilustraba la imagen de un hombre muerto, el doctor Hontanilla afirma que "aporta signos de muerte y signos de vida". Entre los signos de vida están los que manifiestan a un varón en actitud de levantarse.
En cuanto a los signos de muerte que presenta la Síndone se encontrarían, por ejemplo, los restos de sangre: "Hay sangre pre-mortem en la cara y la espalda; y restos de sangre post-mortem en el costado, donde hay un halo de suero alrededor del coágulo".
¿Es Jesucristo "el hombre de la Síndone"?
Para el doctor Bernardo Hontanilla, los datos de su estudio "no alcanzan a determinar si estamos hablando de Jesucristo porque para eso necesitaríamos ADN y cotejarlo con Él, ni tampoco son prueba de la resurrección, pero lo que sí puede aportar este trabajo científico es que no se observa nada incompatible con el relato evangélico tanto en la muerte como en la resurrección de Jesús".
En el artículo, que puede leerse completo en el número 8(1)/2020 de "Scientia et Fides", entre las páginas 9 y 30, entra en más detalles como la musculatura facial o los tiempos en que se produjo la rigidez cadavérica.
Hontanilla no niega que, con su teoría, la imagen del "hombre de la Síndone" combina “signos de muerte y signos de vida".
Cálculo de la hora en que se "imprimió" la imagen en la Sábana
Según él, si se tratara de la figura de Jesucristo, la imagen de la Síndone debió de producirse entre las 18 y las 30 horas de la muerte, algo que también encaja con la narración del Evangelio, pero subraya que esta última aportación es de carácter hipotético.