La Cuaresma es la oportunidad perfecta para crear nuevos hábitos. Y la buena noticia es que cualquier comportamiento adoptado durante el periodo de Cuaresma quedará establecido con sobrada naturalidad para cuando te toque ayudar a tus hijos a liquidar el chocolate de Pascua.
Así las cosas, ¿por qué no aprovechar la Cuaresma como un medio para incorporar más hábitos espirituales a tu vida diaria? ¿Qué tal si los practicas durante los meses o incluso años venideros? (No te preocupes, aunque ya llevemos unos cuantos días de Cuaresma, ¡nunca es demasiado tarde para empezar!).
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