Entre las múltiples acciones de la Iglesia y los fieles para enfrentar el coronavirus en Colombia, monseñor Alirio López decidió sacar la custodia a la puerta del templo con un mensaje de esperanza y amor
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El coronavirus también está en Colombia. Al amanecer de este viernes se habían confirmado 128 personas afectadas, muchas de ellas provenientes del exterior. Por eso, desde hace varios días las autoridades civiles y eclesiásticas anunciaron drásticas restricciones para tratar de frenar la expansión del virus.
El país está prácticamente paralizado. Al igual que la mayor parte de lugares públicos, los templos católicos cerraron sus puertas, las capillas de adoración no están abiertas, las actividades de evangelización se suspendieron y las escasas misas se celebran con unos cuantos feligreses que ingresan por “la puerta lateral” o por las casas curales, tal como lo decidieron los obispos luego de que el gobierno prohibiera reuniones de más de 50 personas.
Pero ahora más que nunca la fe sigue viva en muchos colombianos gracias a sacerdotes que pusieron en marcha diferentes alternativas para permitirles a los católicos estar unidos a través de la oración o la exposición de símbolos. Una de ellos es monseñor Alirio López, párroco de San Ambrosio, en el norte de Bogotá, quien sacó la custodia y la puso frente a la puerta principal del templo, resguardada, eso sí, por una reja y un miembro de la Policía Nacional que apoya la seguridad del lugar.
“No temas porque yo estoy contigo; no te desalientes porque yo soy tu Dios”, es el versículo de Isaías (41,10) que se lee junto al Santísimo y que emocionó a feligreses que se detenían y de rodillas aprovechaban su presencia para implorar un milagro para Colombia y el mundo.
“Cerrar los templos no significa que la Iglesia no esté viva. Tomamos la decisión de sacar la custodia con este bello mensaje para recordar que Cristo está presente en medio de la angustia y la desesperanza”, dijo a Aleteia monseñor López.
Este sacerdote que se hizo conocido por promover acciones de reconciliación para evitar los violentos enfrentamientos entre las “barras bravas” de hinchas de Santa Fe y Millonarios –los tradicionales equipos futboleros de la capital colombiana–, sostiene que con la exposición del Santísimo, en la calle y a la vista de los transeúntes, “no hay riesgos de tumultos y de paso, para la gente, encontrar a Jesús sacramentado tan a la mano, les da serenidad y sensatez de espíritu”.
Carolina Mora, una vecina de la parroquia, cuenta que salió al supermercado en medio de la cuarentena que guarda con sus padres, vio la custodia afuera y se emocionó tanto que no pudo contener las lágrimas. “Poderlo ver y sentir por una rejita me pareció una maravillosa iniciativa que ayuda a aligerar el momento tan duro que vive el mundo”, señaló esta joven profesional.
La custodia no podrá ser expuesta este fin de semana porque Bogotá, al igual que otras ciudades y regiones colombianas, está en un simulacro de cuarentena obligatoria durante el cual sus habitantes solo podrán salir a las calles a comprar alimentos, por motivos de enfermedad o fuerza mayor.
Las escuelas y universidades se pasaron a las clases virtuales, muchas empresas acogieron el teletrabajo, el transporte terrestre está restringido y a partir del lunes no podrán llegar vuelos provenientes de otros países, porque es perentorio aislar a Colombia, un país con altos índices de pobreza y un sistema de salud insuficiente para atender grandes emergencias.
Implorando misericordia al Señor Caído
En medio de este difícil panorama hay muchas personas solas y miles de familias necesitadas que viven de lo que ganan en el día a día y que por las drásticas medidas no podrán trabajar. Para aliviar sus necesidades también están en marcha numerosas iniciativas de gobiernos locales, fundaciones o personas movidas por la caridad y fraternidad.
Por sus necesidades y las de todo un país amenazado por la pandemia, también se han intensificado las oraciones y rogativas como la que el 19 de febrero, día de San José, realizaron el cardenal de Bogotá y obispos de diócesis vecinas para consagrar la ciudad ante el Señor Caído, imagen que se venera hace más de tres siglos en Monserrate, uno de los cerros tutelares de la ciudad.
“Hoy hemos querido venir a este santuario a pedirle al Señor Caído que Él que es un signo claro de la misericordia de Dios en medio de nuestra ciudad, tenga misericordia de nosotros y pare pronto esta pandemia que está causando tantos estragos”, dijo durante la misa de consagración el arzobispo de Bogotá, monseñor Rubén Salazar.
“Nos enfrentamos a una realidad totalmente nueva y amenazante sobre todo lo que constituye nuestras seguridades cotidianas. En ese contexto, la figura de san José nos invita a una profunda esperanza, que nos motive a tomar con alegría y paz esas medidas restrictivas que en un primer momento nos resultan tan duras”, clamó el prelado.
De otra parte, la Conferencia Episcopal invitó a los colombianos a rezar el Santo Rosario en todo el territorio nacional, el jueves 19 de marzo a las 7:00 de la noche para pedir por la emergencia sanitaria que golpea al planeta. Así fue como fieles, familias, comunidades religiosas y grupos apostólicos pidieron el amparo de María Santísima y la protección de San José, custodio del Señor y de la humanidad.
Con el mismo entusiasmo, decenas de párrocos y sacerdotes utilizan la tecnología para llegar a la comunidad y soportarlos espiritualmente en estos difíciles momentos. Misas transmitidas por Facebook live, adoración del Santísimo por YouTube, novenas que se transmiten por Instagram y numerosas oraciones a través de chats de WhatsApp son iniciativas a las que católicos colombianos se unen diariamente para pedir la misericordia divina.
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