Termos de café y leche, bebidas, bocadillos y dulces son el oasis de los transportistas después de miles de kilómetros sin encontrar un local abierto. Un bar de carretera decidió que, pese al confinamiento, seguiría sirviendo a quienes evitan que España se quede sin alimentos.El Hacho es un hostal bar restaurante de carretera situado a la altura del kilómetro 110 en la A-2, en Lora de Estepa (Sevilla). Lo conocen bien los camioneros que hacen la ruta de norte a sur cruzando España. Lo fundó Jesús, el abuelo de la familia, hace unos 35 años.
El sábado día 14 el Gobierno español decretó el estado de emergencia y ordenó el cierre de todos los establecimientos de restauración como medida para frenar el contagio del coronavirus. A la familia que regenta El Hacho no le quedó más remedio que cumplir la ley.
“No los íbamos a dejar tirados ahora”
Pero no se conformaron con eso: “Son muchos años de atender a los camioneros, así que ahora no los íbamos a dejar tirados”, explica Jessica, miembro de la familia que regenta el negocio. Ella es parte del equipo que ha quedado al pie del cañón.
Autoservicio gratuito
Se les ocurrió colocar una camioneta tipo “food truck” frente al bar restaurante y llenarla de termos de café y leche caliente, dulces y bebidas en un refrigerador, agua para infusiones, patatas fritas… lo indispensable para dar comida a los camioneros. El servicio es gratuito.
Saben que ahora los transportistas, en sus largas rutas, no encuentran ni un bar donde tomar un café o ir al baño. “Algunos vienen del norte de España o incluso del sur de Francia. Llevan muchas horas sin probar bocado y al menos aquí les servimos un tentempié. Cada uno puede servirse lo que quiere”. Un cartel lo dice claro: “No admitimos dinero. Gracias”.
Agradecimiento por parte de los camioneros
Los camioneros que se han encontrado este regalo, lo agradecen infinitamente. “Nos han dejado notas dando las gracias. Uno, por ejemplo, decía ‘Gracias, Jesús y familia’. Jesús era mi abuelo y fue el que fundó el bar. Emociona ver que esto es un servicio que les sostiene y les da un poquillo de descanso para seguir trabajando”.
“No puedo abrirles el baño -añade David Borrego, uno de los hermanos- porque está prohibido, pero al menos saben que estamos con ellos también en esta época tan difícil”. El primer día del estado de emergencia David veía a los camioneros que paraban y llamaban a los cristales pidiendo entrar. Se le rompió el corazón. Decidió entonces inventar el autoservicio desde la camioneta y en los cristales colocó carteles. Uno dice: «Estamos con los camioneros. Esta lucha es de todos. No podemos abrir, pero sí apoyar». En el otro se lee: «Autoservicio gratis. Coja lo que necesite. Estamos aquí las 24 horas».
De 15 trabajadores a 4
“Nosotros éramos 15 personas trabajando en el restaurante y al tener que cerrar el restaurante ahora hemos quedado 4, pero nos turnamos para reponer la camioneta y que no falte nada la 24 horas del día”.
“Lo seguiremos haciendo el tiempo que haga falta“, afirma Jessica.
Entre las notas de agradecimiento, una estampa de la Virgen
Cuenta que “hace unos días, al reponer la camioneta, encontramos entre las notas también una estampita de la Virgen. Lee el pie de foto: ‘Hermandad Salesiana de Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén La Borriquita de La Palma del Río‘. Si una borriquita fue el transporte de Jesús el Domingo de Ramos y este año el paso no podrá salir en la procesión, viaja por las carreteras del país aportando lo que se necesita. “Aquí paran camiones de fruta, carne, verdura, medicamentos…”, dice Jessica. Y apostilla: “Estamos muy contentos de seguir haciéndolo cada día”.
Al conocer la iniciativa de este restaurante, varias empresas de la zona han querido sumarse a esta ayuda y contribuyen con sus productos: Goloestepa les aporta patatas fritas, la confitería Camacho Romero los dulces, Aguas Danone sirve botellines y una pizzería también colabora.
Aunque el tráfico ha descendido, no paran de llegar camiones. Mucho de ellos tocan el claxon en señal de agradecimiento y al equipo de 4 eso le confirma que lo que están haciendo tiene todo el sentido del mundo.
Read more:
¿Cómo vive un párroco de Venezuela la cuarentena del coronavirus?
Read more:
Monasterios transformados en factorías de mascarillas
Read more:
Sin cruzar la puerta de cristal, estas niñas pudieron visitar a sus bisabuelos