Un gesto vinculado al fútbol, pero que demuestra que de los momentos más tristes también se pueden sacar cosas positivasPor estos días el balón está detenido. Los estadios solo expresan gradas vacías y silencio abrumador. Es que el avance de la pandemia del coronavirus ha afectado todos los aspectos de la vida moderna, entre ellos el del “teatro de los sueños” y la destreza de los jugadores protagonistas del “deporte más bonito del mundo”. El mismo que es capaz de dejar sin aliento a millones de seguidores a lo largo y ancho del planeta.
Ante la ausencia del “vivo y en directo” pongamos la mirada por un instante en el 8 de julio de 2014, el partido semifinal mundialista que enfrentó a Brasil (anfitrión) con Alemania.
¿Tienes tiempo? ¿Quiere revivirlo? Puedes hacerlo aquí a través del canal de Youtube de la FIFA:
Pero si no tienes tiempo, te lo recuerdo rápidamente: Alemania le ganó 7 a 1 a Brasil, algo que ha sido considerado como una auténtica paliza histórica entre dos potencias del fútbol mundial.
Efectivamente, el resultado se transformó en una de las humillaciones más grandes de todos los tiempos para el fútbol brasileño (comparable quizás con la famosa final de 1950 en Maracaná cuando perdió también en su casa con Uruguay) y los ecos persisten hasta el día de hoy.
Del dolor a la esperanza
“Mineirazo”. Así se lo recuerda a este acontecimiento, pues se dio en el famoso estadio Mineirao de Belo Horizonte. Sin embargo, gracias a una iniciativa vinculada al propio escenario de juego, aquel dolor hoy también se transforma en símbolo de esperanza.
Según ha trascendido en los últimos días, a raíz del avance del coronavirus en Brasil que ya ha dejado más de 130 fallecidos y más de 4000 casos confirmados, se ha decidido que las redes que se utilizaron en las porterías de ese partido fueran subastadas para recaudar fondos contra la pandemia.
Así lo manifestó Ludmila Ximenes, responsable de relaciones públicas del Minerao, y el comunicado fue publicado en la propia web del estadio. Parte de los fondos tenían como destino el hospital Da Baleia, en Belo Horizonte, para comprar, por ejemplo, respiradores artificiales y tapabocas para el personal de salud. También se pensó utilizar el resto para otros proyectos sociales.
La iniciativa, que tuvo el apoyo de una ONG –Dahw- del país verdugo (Alemania) en aquel mundial, representa un verdadero golpe a la indiferencia, una gran demostración que los momentos más tristes también pueden ser aprovechados en algún momento para sacar cosas positivas.
Em 2014, fomos palco de um dos maiores vexames da história da seleção brasileira. Uma goleada de 7×1. Uma tristeza absoluta no país. Tínhamos duas opções: lamentar ou tentar mudar esta imagem. E vocês sabem, né? Tenho uma equipe inovadora, que pensa fora da caixa! pic.twitter.com/2zN996zK5g
— Estádio Mineirão (@Mineirao) March 28, 2020
“Al igual que el resto del mundo, nosotros, en Mineirão, hemos estado buscando incansablemente formas de contribuir a la batalla contra esta pandemia. Entendemos nuestra responsabilidad, como empresa y como ciudadanos, y junto con los socios de Dahw, podremos equipar a nuestros médicos adecuadamente, con guantes, máscaras, alcohol y gafas. Sabemos que es un momento difícil, pero también creemos profundamente que, juntos y conscientes de nuestros deberes, lo superaremos”, expresa Ludmila Ximenes.
El dolor por aquel partido persistirá. Seguramente nadie lo olvidará. Pero desde ahora aquel sufrimiento también tiene para muchos algo de sabor a sentido, esperanza y vida.
En tanto, el coronavirus en Brasil, el primer país en América Latina con casos confirmados, sigue siendo tema de gran preocupación y ha estado generando fuertes debates entre el actual mandatario, Jair Bolsonaro, y otras autoridades estaduales en cuanto a las medidas. Ojalá pronto, al igual que un partido de fútbol, este resultado parcial pueda ser controlado y revertido.
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