10 ideas para enseñar a los niños a evitar la propagación del coronavirus
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¡Volvemos a la calle, a los parques! ¡Al campo, al bosque! ¡Iremos a ver a los abuelos! Cuidado: no es tan sencillo.
Antes de salir en esta fase 1 de la desescalada, que ese inició en España el 11 de mayo, hay que formarse muy bien: primero, los adultos. Y luego hay que ser muy precavido y además formar a los niños.
Eso exige que los padres o los cuidadores de los niños traduzcan al lenguaje infantil todos los criterios de estas salidas. Y explicarse sin prisas, con calma, con el objetivo de captar muy bien su atención. Estas normas no las entienden porque se las hayamos explicado. Las asumen cuando ellos mismos nos las puedes explicar.
A partir de 3 años y medio hay que proceder de la siguiente manera: “Pablo, explícame cómo has hecho otras veces, eso de no puedes abalanzarte sobre tus primos”.
Hemos hecho un esfuerzo muy grande durante muchas semanas para tirarlo ahora todo por la borda. Sigámonos lavando las manos bien, más que nunca, “como tú sabes hacerlo”.
Estos son los criterios básicos.
De entrada, cuidado al ver a los abuelos.
Y hay que explicarlo. Los abuelos son mayores y delicados. Son más proclives a contagiarse del coronavirus. Y eso lo deben entender los niños. Y quizá hace unos años podría haber dudado en hablar sobre la muerte a un niño de 3,5 años. Hoy ya no se puede dudar.
Hay que hablar de esta realidad con la máxima sutileza, pero evitando una nebulosa. Y entonces hay que tocar el tema de la muerte por necesidad. “Es que son muy pequeños”: respuesta, “es que así los estamos protegiendo”.
Entonces, si vais al ver a los abuelos, además de aplicar la regla de las 3 M (limpiarse las Manos; 2 Metros de distancia y Mascarilla), conviene recordar que no se les puede besar, ni tocar, ni abrazar. Y si la reunión puede realizarse al aire libre, mejor que mejor.
Y recordarles que, aunque la distancia sea física, no ha de ser una distancia emocional. Por eso, la mirada, las palabras y algún dibujo pueden expresar todo el cariño que les tienen.
¿Y los primos?
En España han permitido las reuniones de 10 personas como máximo, pero hay que respetar las reglas básicas:
- mantener la distancia de seguridad de dos metros
- respetar la etiqueta respiratoria, es decir, toser en la inflexión del codo;
- lavarse las manos
- evitar aglomeraciones
- uso de la mascarilla si es imposible mantener la distancia de dos metro
Así de sencillo y claro. Hemos de enseñar a nuestros hijos a ser disciplinados, no por obligación sino por convicción.
“¿Queremos mucho a los tíos y a los primos?”: “¡Sí!” Estarán de acuerdo: conclusión: “Nos hemos de respetar y respetar es mantener las distancias pues no queremos ningún mal para ellos ni para nosotros”.
¿Será en el parque?
Están permitidas las reuniones en un espacio abierto (que no es lo mismo que un parque infantil ) pues allí hay la distancia suficiente y se evitan aglomeraciones.
“Eso, niños, os debe hacer entender que las distancias son importantes”.
“¿Y entonces a qué jugaremos?”. La respuesta es clara: a juegos que no exijan estar pegaditos.
Ahí cada familia sabrá, con un chorro de imaginación, qué hacer. No es fácil. Y los consejos quizá sobran.
Cada caso será cada caso. Pero sí hay un principio: el tesoro es volver a ver la familia.
“Disfrutad de ese tesoro con cuidado y respeto”. De nuevo: imaginación. Si somos muchos no sirve: recordemos el límite de 10 personas.
Pero con los columpios del parque de enfrente no pasa nada, ¿no?
Ya se ve que vamos a crecer en virtudes pues los parques infantiles aún no están abiertos. Y la paciencia es, lo vemos, la virtud reina. Hay que hablar de ella. Y, está claro, los padres y cuidadores hemos de ser muy pacientes nosotros mismos y a la vez ser pacientes ante su juventud.
¿Y la fiesta de cumpleaños?
Se aplican las mismas reglas que se aplican al parque. Si el espacio interior es insuficiente habrá que recurrir a otras soluciones. Prudencia. Es posible que la fiesta de cumpleaños tenga que celebrarse en familia o, con 1 o 2 amigos, si sus padres están de acuerdo.
“Niños, ahora podemos hacer más cosas, pero aún toca esperar para celebrar una fiesta como las de antes del coronavirus”.
Lo entenderán si se les explican las cosas con mucho cariño, despacio, atentamente, mirándoles a los ojos y esperando mucho de su capacidad de superación.
¡Pues hagamos una excursión!
Depende. Si somos la familia que ha convivido estas semanas, ¡adelante!, pero sin salir de la zona de desescalada. Y los padres entonces están obligados a conocer los límites de una determinada comarca en alguna ocasión.
Y no se puede ir más allá. Consejo: el monte o la arboleda cercanos a casa.
Hay que hacerlo bien. E insistimos: los padres deben informarse a fondo. Y la información existe y está al alcance de todos.
¿Y si vamos al centro comercial?
Pues está actividad tendrá que esperar. Esta desescalada tiene fases, y estas fases van dando progresivamente más posibilidades y libertad, pero ahora hemos entrado solo en la fase 1.
¿No se puede comprar nada?
Sí. Lo necesario. Pero con paciencia. Pidiendo cita. Habrá que guardar turnos pues hay que respetar las distancias. ¡Ah! Y los mayores de 65 años, como los abuelos, tienen preferencia.
¡Y además hay horarios! ¡Qué rollo!
Pues sí. Además, para salir hemos de respetar un horario. ¿Eso es inexplicable para los niños? No lo sé. Pero los padres deben hacer las consultas pertinentes.
Esta es una gran ocasión para educar a nuestros hijos en la obediencia y en el civismo. Aprovechémosla.
¿Ir a la iglesia?, ¿y alguna cosa más?
Que dicen las normas: “Además, si vais a la iglesia, deberéis llevar mascarilla, ya que el uso es de carácter general. También tendréis que guardar la distancia mínima de un metro con el resto de personas y deberéis lavaros las manos con geles desinfectantes a la entrada, que deberán estar disponibles”.
Y más cosas que papá y mamá os irán explicando.
Puede ser esta una buena época, aunque dura, de educar en virtudes a los niños.