Para combatir la halitosis conviene una alimentación y hábitos saludables además de una correcta higiene bucodental
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Existen múltiples causas que alteran el aliento: desde una mala o insuficiente higiene bucal, a problemas en la cavidad bucal, en la garganta, alteraciones sistémicas o metabólicas. Los alimentos y la dieta que llevamos influyen también mucho en nuestro aliento.
Veamos qué cambios podemos hacer en nuestra alimentación y en nuestros hábitos para combatir la molesta halitosis.
Origen de la halitosis
El origen de la halitosis o también conocido como mal aliento se encuentra en los millones de bacterias que viven en nuestra cavidad bucal, que muchas veces nos producen unos compuestos sulfurados volátiles de muy mal olor.
Pero las causas de este molesto mal aliento tienen muchos factores, una de las principales es la disminución de saliva, la cual tiene un efecto de limpieza que reduce o elimina la halitosis. Si la salivación disminuye, las bacterias crecen provocando el mal olor en la boca.
Además, la inadecuada o poco frecuente higiene bucal, algunas patologías digestivas, la dieta y algunos alimentos en particular influyen mucho este malestar.
Cambios de los hábitos y en la alimentación
Es muy importante detectar la causa de la halitosis para atacar directamente el problema, ya sea si se debe a algún hábito de higiene, a alguna enfermedad, a un hábito alimentario o a un alimento en particular.
Cuando se confirma que es causado por algún alimento en particular, no siempre es conveniente retirarlo por completo, ya que hay alimentos que forman parte de una alimentación sana y nos brinda muchos beneficios. Entonces se debe buscar junto al profesional de la salud el modo de paliar sus efectos.
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- Consumir alimentos que estimulan la producción de saliva, el ácido cítrico (de la naranja, mandarina, limón, pomelo) por ejemplo, es una muy buena opción para estimular la secreción salival. Se puede añadir al agua o hacer en casa un zumo de cítricos.
- Evitar los ayunos prolongados. Por un lado, aparece halitosis cuando se producen hipoglucemias (valor de azúcar en sangre bajo) que inducen al cuerpo a utilizar vías metabólicas alternativas para reponer el nivel de azúcar en sangre generando compuestos de mal olor. Por otro lado, al haber una ausencia de masticación durante un período largo de tiempo provoca una reducción de la producción salival.
- Menos dietas hiperprotéicas, más dietas variadas y equilibradas, ya sabemos que dietas de moda como la Atkins, Dukan no son recomendables. Además son más susceptibles a provocar mal aliento dado que, al consumir elevadas cantidades de proteínas, se ingiere un alto contenido de aminoácidos utilizados por las bacterias que producen compuestos de mal olor.
- Cambiar carbohidratos (azúcares) simples por complejos. Si llevamos una dieta pobre en hidratos de carbono o la misma se basa principalmente en los de absorción rápida (como azúcar y alimentos que lo contengan), con el tiempo, la falta de este nutriente hace que el organismo comience a utilizar la grasa para obtener la energía que necesita. Como consecuencia, la cetosis (es decir un aumento en sangre y orina de los niveles de cuerpos cetónicos). Por tanto, es necesario disminuir el consumo de alimentos ricos en azúcares simples y priorizar el de complejos presentes en alimentos como la pasta, las patatas, el pan integral, el arroz integral, los cereales integrales y las legumbres.
- Más agua y menos bebidas alcohólicas: Mantener una adecuada hidratación es fundamental y para ello lo ideal es el agua. Por el contrario, las bebidas alcohólicas no ayudan, el responsable de esto es el etanol que produce deshidratación y provoca que los compuestos causantes del mal olor se evaporen expandiéndose por el aire.
- El café: La cafeína al igual que sucede en las bebidas alcohólicas produce deshidratación y sequedad en la boca, lo que propicia la evaporación de algunos gases que producen mal olor.
- Controlar alimentos sanos que provocan mal olor, como el ajo crudo y la cebolla. Ambos son alimentos muy saludables con múltiples beneficios para la salud por ende no debemos eliminarlos de nuestra alimentación por provocar halitosis (debido a sus compuestos azufrados), sino que una buena opción sería acompañarlos con manzana cruda, zumo de limón, un té verde o espinacas,
- Procurar tener a mano alimentos que neutralizan olores de la boca como: los champiñones, albahaca, perejil, lechuga, berenjena, manzana, ciruela, kiwi, arándanos…
Además de llevar una alimentación y hábitos saludables, para combatir este molesto mal aliento es esencial tener una buena higiene bucodental, cepillándose los dientes, encías y lengua después de cada comida y acudiendo al dentista con regularidad