Fallecen dos referentes sociales de la Villa 31
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Hirió muchas veces de muerte en todo el mundo, sin importar la condición o clase social. Ahora el coronavirus llegó a los más humildes entre los humildes, en la ex Villa 31, hoy Barrio Padre Carlos Mugica, y golpea a vecinos y también referentes sociales.
Víctor Giracoy, referente social de la villa, falleció el fin de semana tras haber permanecido varios días internado. En un estadio de circulación comunitaria es prácticamente imposible determinar el origen del contagio, pero Giracoy se desempeñaba en el comedor Estrella de Belén desde hace 25 años.
Los comedores y merenderos se convirtieron, como ya referimos en otra nota, en pilares de la supervivencia durante la pandemia, particularmente por la imposibilidad de buscar el pan en miles de familias sin trabajo o salario formal. Sin ellos, llevados adelante por organizaciones populares, parroquias, vecinos, ONGs, entidades estatales, o entre todas ellas como casi siempre ocurre, el Coronavirus competiría con la inanición para ver qué enfermedad se lleva más vidas.
Giracoy, más conocido como el “Oso”, tenía 60 años, y estaba en grupos de riesgo por padecer diabetes y obesidad. Ramona Medina, también referente de la villa y de la agrupación con presencia en varias villas La Poderosa también padecía comorbilidades.
Días previos a caer internada, reclamaba por falta de agua en un sector del barrio. Coordinaba el área de Salud en la Casa de las Mujeres, y se desempeñaba coordinando internación y traslados de niños con discapacidades. Sabía del tema: su hija padece Síndrome de Aicardi, una rara enfermedad neurogenética. Falleció el mismo día que Giracoy.
Para entender la figura de un referente social no alcanzan solo categorías políticas. Puede tener identidad partidaria, pero en general se trata de figuras que lideran emprendimientos de impacto social como comedores, salas de atención, que organizan colectas cuando alguien lo necesita, que articulan con el Estado o las organizaciones, que son portavoces de las necesidades… Pueden ser instrumentos partidarios en ocasiones, pero su popularidad en las villas no radica en esa circunstancia.
En su mensaje del 12 de abril a los movimientos populares, que en las villas son justamente las organizaciones sociales que representan estas figuras, el Papa decía: “Si la lucha contra el COVID es una guerra, ustedes son un verdadero ejército invisible que pelea en las más peligrosas trincheras. Un ejército sin más armas que la solidaridad, la esperanza y el sentido de la comunidad que reverdece en estos días en los que nadie se salva solo”.
“Muchas veces mastican bronca e impotencia al ver las desigualdades que persisten incluso en momentos donde se acaban todas las excusas para sostener privilegios. Sin embargo, no se encierran en la queja: se arremangan y siguen trabajando por sus familias, por sus barrios, por el bien común. Esta actitud de Ustedes me ayuda, cuestiona y enseña mucho”, los elogiaba, y a la vez instaba, el Papa.
El fallecimiento de dos referentes en la villa 31 es un golpe moral al barrio Mugica, como se le conoce desde hace algunos años. “La situación es alarmante; en el día de hoy la ex Villa 31 se encuentra con más de 900 casos positivos de COVID y 4 vecinos fallecidos”, declararon desde un comité barrial junto con una serie de pedidos a las autoridades reunido tras conocidos los decesos.
Mientras la primavera lleva hasta Europa una brisa de aire fresco y la sensación de que lo peor ya pasó, por estas tierras el otoño está acumulando en poco tiempo muy malas noticias. En cada país a su manera, pero la tormenta se está terminando de universalizar.
El foco en la Argentina hoy está allí, en las villas y barrios más humildes particularmente de la Ciudad y el Gran Buenos Aires, sin desatender otros espacios claro está. Y allí, organizaciones sociales, Estado tanto nacional como provinciales y municipales, iglesias, ONGs y sociedad civil están aunando esfuerzos para que el daño entre los que menos tienen y peor viven sea el menor posible.