En el nordeste del país más golpeado por el coronavirus en América Latina, más de 200 personas sin hogar reciben el abrazo más cálido El coronavirus avanza y sacude de una manera especial a Brasil, el gigante sudamericano. Pero en tiempos donde la noticia predominante en medios es la referente a récords de positivos y fallecidos, también hay un sinfín de acciones que transcurren en silencio, pero que terminan salvando vidas.
Un ejemplo de ello es lo que sucede en una localidad del nordeste de Brasil. Un “puntito” chico en el mapa ubicado en el estado de Alagoas. Se trata de la municipalidad de Maceió, la ciudad más grande de ese lugar.
Sí, en Maceió todos parecen estar al “borde del mar” y tal vez lo que acontezca ahí no aparezca en las grandes cabeceras. Pero en los meses, de la mano de la Arquidiócesis de Maceió que tiene al frente a Antônio Muniz Fernandes, más de 200 personas sin hogar fueron llevadas a refugios temporales a modo de prevención contra el coronavirus.
Así lo señala la siguiente descripción publicada por la propia Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) en su sitio web:
“El día comienza temprano para familias y colegas ya conocidos de las plazas, calles, viaductos, provenientes de una vida amarga. Con la pandemia, la rutina cambió. El despertar es a las 5:30 a.m. para un día productivo con comidas, un grupo de trabajo para limpiar y organizar los espacios que se han convertido en un hogar, actividades con voluntarios, profesionales de la salud y la asistencia social, exposiciones de periódicos, horarios de oración e incluso Cine Pipoca, con películas educativas y lecciones de vida”.
¿Quedarse en casa?
Desde hace días –hasta que la flexibilización empezó a llegar- el “bombardeo mediático” motivado por recomendaciones de las autoridades –en muchas partes del mundo- tenía que ver con el famoso “quédate en casa”. ¿Pero qué hacen ante estos mensajes las personas que no tienen hogar?
Es ahí donde la Arquidiócesis de Maceió –indica el sitio web- empezó a trabajar en pos de darle soluciones habitacionales temporales a estas personas. Para ello también fue fundamental la donación de espacios de Casa Don Bosco (adultos mayores) o Centro de Educación para Jóvenes y Adultos, provisto por el Departamento de Educación del Estado.
El hermano João, de la Fraternidad Casa de Ranquines y coordinador de la Pastoral de la calle, cuenta sobre el desarrollo y el montaje de estos refugios en coordinación también con el “Comité Intersectorial para Monitorear y Monitorear la Política Municipal para las Personas sin Hogar en Maceió y los poderes ejecutivos”.
“Nos dieron un kit de dormitorio e higiene, almuerzo y cena con comida caliente del Restaurante Popular y ‘Bandejão’. El desayuno, meriendas, bienvenida y organización fueron responsabilidad de la Arquidiócesis de Maceió. Todo se mantiene gracias a las donaciones, incluso de la sociedad civil, que nos ha ayudado mucho gracias a Dios, para que podamos ejercer nuestro trabajo como una mayor dignidad ”, afirma João.
Por otra parte, en cuanto a las personas sin hogar que no aceptan vivir en un refugio, también ha habido respuesta y acompañamiento.
Presente en la vida de necesitados
El propio arzobispo metropolitano de Maceió señala que a pesar del aislamiento social impuesta de alguna manera por el coronavirus, la Iglesia sigue presente en la vida de los pobres.
Y el llamado es a no dejarse vencer en solidaridad: “Pido que los fieles y toda la sociedad continúen con el mismo espíritu de disponibilidad de ayuda que nos han mostrado, contribuyendo con material de limpieza e higiene, desayuno y meriendas. Todavía necesitamos las manos extendidas de todos”.
La imagen en portada en la que se ve a una religiosa en oración junto a uno de los beneficiarios bien vale la pena el esfuerzo.
Aliviar el dolor de las familias
En tanto, en medio de esta ayuda fundamental, las cifras del dolor siguen creciendo en Brasil. Los últimos reportes daban cuenta de más de 22.000 personas fallecidas desde que se confirmó el primer caso de coronavirus en el país de manera oficial.
No obstante, la otra cara también sigue siendo la de llevar alivio a las familias que padecen la pérdida de un ser querido. Es ahí donde también se menciona el caso, en Maceió, de la parroquia de São Miguel, en el barrio de Colina.
En el cementerio de São Luís se han instalado pancartas con citas bíblicas, además de kits de oraciones, agua bendita, rosarios y velas.
“Si el nuevo coronavirus expone nuestra impotencia en esta lucha por la vida, nuestra capacidad de unir fuerzas y orquestar acciones que nos mantengan unidos, expone el amor que llevamos y que es más fuerte que la muerte”, dijo el padre Tito Régis, de la parroquia de San Miguel Arcángel, reproduce la Arquidiócesis de Maceió.
Hasta aquí, junto al refugio para los que no tienen hogar, pequeñas “pinceladas” o “puntitos perdidos” (al igual que esta localidad en el gran mapa de Brasil) en el mar informativo . Pero es necesario también visualizarlos. Pues en lo pequeño reluce la magnanimidad del corazón.
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